Esta es una ciudad muy diferente a la típica imagen de carnaval y playas que muchos tienen de Brasil. Para empezar, estamos en la sierra, el clima es frío, se aprecia un calmo aire a tranquilidad de pueblo, un paisaje otoñal en el que las hojas naranjas acompañan nuestros pasos, hortensias colgantes que visten de panorama en un tono celeste y una arquitectura entre lo gótico y bávaro que parece relatar un cuento. Sin duda, un destino que tiene que conocer.
A VISITAR
Aunque Gramado no sea una ciudad popular para nosotros, es uno de los destinos más buscados por el turismo interno (95% de visitantes son brasileños) básicamente por lo excéntrico de sus construcciones que resaltan una importante descendencia alemana e italiana, pero más aun, por lo versátil de los planes y atractivos que se ofrecen.
Si su idea es ir en pareja, sepa que esta es una de las propuestas más románticas que haya podido imaginar. No solo por lo encantador de los paisajes, sino porque encontrará una oferta hotelera de muy alto nivel entre la que se destacan los hospedajes rústicos y los hoteles boutique. Pero además de ello apreciará que la provincia es afamada por su buena gastronomía. Tener a la mano buena comida y el mejor vino en los restaurantes locales será muy sencillo y —créanos— una de las cosas que más recordará de su viaje es lo bien que comió.
Otra noticia que lo seducirá es conocer que en este lugar se ubica uno de los 10 mejores spa del mundo: el Kurotel. Con locaciones envidiables, este centro de longevidad ofrece una piscina temperada con cascada, terapias con lodo y sal, cromoterapia, masajes y más tratamientos para disfrutar en pareja.
Pero si a su plan le quiere sumar el resto de la prole, hay más actividades por hacer. A menos de media hora de la ciudad encontrará el Valle del Quilombo, una zona con bosques nativos de araucarias y pequeñas colonias agrícolas que lo invitan a hacer agroturismo. Aquí no solo podrá compartir buenos momentos con las familias del lugar, sino que sus niños (y usted también, por cierto) podrán jugar con ovejas y vacas, verán toros y aprenderán acerca de la cosecha, de cómo se fermenta un vino y podrá comprar los más fresquísimos productos tradicionales que se ofrecen.
Otro destino obligado a visitar es el Lago Negro, un extenso parque en el que por ratos uno siente estar en el Central Park de Nueva York. Se trata de un lago artificial rodeado de árboles cuyas semillas fueron traídas de la Selva Negra, en Alemania, y que data de 1950. Fue mandado a hacer por la acaudalada Joaquina Rita Ber para incrementar el precio de sus propiedades que se encontraban alrededor de esta zona. Con el tiempo, no solo logró su cometido, sino que incrementó la cantidad de visitantes y hoy aquí se puede pasar un buen rato caminando o en los pedalones de la laguna.
No puede dejar de ir al Parque Knorr, que alberga la aldea de Papá Noel, un lugar en el que se festeja la Navidad todo el año. Entre sus jardines encontrará el árbol de los deseos. Allí, según los lugareños, si usted escribe tres anhelados deseos y los deposita aquí, se le concederá al menos uno de ellos. También podrá visitar el chalet de los osos, la fábrica de juguetes y también la primera casa de la región en estilo bávaro, registrada en 1940, toda decorada con motivos navideños, donde hoy “vive” Papá Noel. No se pierda el Minimundo, otro parque infantil con perfectas réplicas a escala reducida de edificios famosos de Alemania y del propio Lago Negro del que hablamos anteriormente. Sin duda, destinos para chicos y grandes.
Con la fama ganada, gracias a su similitud urbanística con Suiza, en los últimos años la ciudad ha crecido con edificaciones que respetan la herencia arquitectónica, no se permite en la actualidad construcciones mayores a tres pisos, con lo que estéticamente las calles lucen muy prolijas. Además de respirarse un ambiente seguro y amigable, es curioso notar que las calles carecen de semáforos, pues los pobladores muestran su más alto grado de civismo guiándose de rotondas de plantas instaladas en los cruces de las vías para respetar el pase de los otros vehículos.
Por donde se lo mire, un destino recomendable al 100%.
Por: Karina Borrero – VAMOS!