Su nombre proviene del vocablo quechua runahuanac (el que hace escarmentar a la gente), el clima y sus tierras son tan cálidos como su propia gente. Por eso, y más que todo por el esfuerzo de su población, Lunahuaná se ha convertido en un valle sumamente productivo, ubicado a 183 km (dos horas en auto) al sureste de la capital.
Aunque es conocida más por la gentileza con la que su geografía trata a los amantes de deportes extremos, esta tierra de clima maravilloso rinde culto durante la primera semana de octubre a un fruto milenario de Oriente que llegó hace varios siglos a esta parte del mundo.
El Festival del Níspero hace de Lunahuaná el centro de atención de todo aquel que se interesa por disfrutar de la industria relacionada a este emblemático fruto, mientras goza también de los bellos atractivos de la localidad, deleita su gastronomía y practica sus deportes extremos preferidos como rafting (canotaje), escalada en palestra, ciclismo de montaña, trekking (caminata) con cruce de río, paseos en cuatrimotos y mucho más.
En su versión número 19, el festival muestra a sus visitantes hasta mañana domingo innovadores productos a base de níspero, espectáculos de fuegos artificiales, pasacalles y expoferias, concursos gastronómicos. Igualmente se realizará un emotivo homenaje a los campeones nacionales de pisco.
Para cerrar la jornada y como es costumbre, los organizadores del XIX Festival del Níspero premiará al níspero más grande de Lunahuaná, ya sea en sus variedades nativo o injerto.