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Tumbes, turismo y gastronomía

Cuando hablamos de playas en el Perú no podemos dejar de mencionar Punta Sal y es que este destino turístico norteño no tiene nada que envidiar a los atractivos playeros del Caribe.

Me aventuré con un bajo presupuesto ir veranear al norte, además de aprovechar las bondades gastronómicas que ofrecen los restaurantes ubicados a un lado de la Panamericana Norte.

Mi primer destino fue Tumbes, quería llegar a los manglares de Puerto Pizarro, fue un viaje de 16 horas en bus, y no lo sentí pesado ya que la salida de Lima desde los terminales terrestres es por la tarde y llegas antes del medio día, justo para almorzar.

En Tumbes hay poca pero suficiente oferta hotelera, encuentra hospedaje desde 40 nuevos soles. Los conductores de mototaxis son sus mejores guías turísticos, me recomendaron el restaurante Jimys de la Avenida Arica. No es muy caro y se sirve bien. Por ejemplo un cebiche para dos personas de mero o fortuno con sarandaja y demás acompañamientos cuesta 25 nuevos soles. Un lugar con ambiente fresco y agradable se lo recomendamos.

Luego fui a tomar un colectivo que por S/.1.50 lo llevan a Puerto Pizarro. Ahí las embarcaciones lo trasladan hasta la Isla del Amor por S/20.00, un pequeño territorio de arena donde se junta el agua de mar y de río, lo que origina el fango para los manglares. Se dice que por esta zona desembarcó Francisco Pizarro.

Al día siguiente fui a conocer el mercado, ahí encontrará a «Gabi y Chavi», un puestito de comida que por tan solo S/. 4.50 le dan cabrito, majado, yuca, arroz y menestra. La experta cocinera tiene unos tamalitos verdes que son para chuparse los dedos.

Luego del contundente desayuno me dirigí en una combi al distrito de Canoas de Punta Sal. Tuve la suerte de poder encontrar un lugar donde alojarme sin pagar en dólares. «Hua Punta Sal», le ofrece un cuarto con cama matrimonial y baño privado por S/.64.00.Tres días fueron suficientes para quedarme encantando de esta paradisíaca playa concurrida con frecuencia por nuestros vecinos de Ecuador.

Del balneario a la ciudad se puede trasladar en mototaxi. Frente al municipio encontrará «Michonita», un pequeño huarique de dos pisos recién inaugurado, ubicado a un lado del muelle, donde hay pescado fresco y hasta langosta por S/20.00 y S/25.00, según el tamaño.

Mi siguiente parada fue Mancora, fue una decepción. Ha aumentado el comercio y ya no se vive la tranquilidad de antes y todo es caro, incluso hay hospedajes que superan el costo por habitación de los que existen en Punta Sal. Lo único bueno es el restaurante de «Las Gemelas», lo encuentra a media cuadra del mercado municipal. Sudado de congrio y Arroz con Mariscos tienen un costo de S/.15.00.

Me alojé ese día en Punta Veleros-Los Organos, mi viaje duró aproximadamente dos horas en combi. Llegué hasta el hospedaje Ararat de propiedad de Santiago Panfilo, la noche me costó S/50.00. Esta playa es visitada por nuestra campeona de surf, Sofia Mulanovich, aquí también se practica otros deportes acuáticos. La arena blanca y un mar templado lo harán sentir como en el paraíso. Mero, Congrio, Raya son los habitantes marinos de esta zona.

Chiclayo era mi otro destino. Seis horas en ómnibus duró el viaje. Visité el mercado de Mochoqueque, ahí me di cuenta porque la gente es alegre y vive feliz. Se come bien y todo está al alcance del bolsillo. Hice compras para traer a Lima. Medio saco de arroz extra le cuesta S/51.00, Cabaya salada S/2.00, 25 limones S/1.00. Con un espesado acompañado de arroz y cebiche de cabaya salada me despedí de esta amigable tierra. No hay duda que somos un país privilegiado en riqueza turística y gastronómica.

-Alejandro Alferrano
RPP