Aunque le dicen la Ciudad de la Eterna Primavera, en Trujillo, algunas veces, también hace frío. Sin embargo, las bajas temperaturas no modifican en absoluto el ánimo de su gente, siempre amable, siempre encantadora, siempre orgullosa de sus orígenes. Y es que el pasado de Trujillo, y de toda La Libertad, es para hacer sacar pecho a cualquiera y, por eso, los trujillanos intentan mantener intacta esa tradición, aunque los años y la modernidad junten fuerzas para evitarlo.
La historia de Trujillo se remonta a varios siglos antes de nuestra era. Además de haber sido uno de los últimos bastiones preíncas, ha sido cuna de grandes poetas, intelectuales, artistas y políticos, y hoy se consolida como una ciudad eminentemente turística.
En Trujillo nadie se aburre. Ni los trujillanos ni los turistas. Posee un circuito arqueológico muy atractivo que puede tomar varios días, hay demostraciones de marinera y caballos de paso, recorridos por museos muy completos, una excelente oferta culinaria y, por si fuera poco, las noches trujillanas están llenas vida.
LOS ANTEPASADOS
Trujillo se ha convertido en un destino arqueológico muy rico. Toda la ciudad está marcada por palacios, huacas y complejos de las culturas Mochica y Chimú y vestigios del poderoso imperio inca.
La ciudadela de Chan Chan es, sin duda, el representante más famoso de esta historia. Es también el más visitado. Sin embargo, existen otros puntos tan o más atractivos. Por ejemplo, las huacas del Sol y de la Luna. Pertenecientes a la cultura Moche (I a. C.-VII d. C.) y ubicadas a solo 10 km del centro de la ciudad, estas grandes pirámides eran los centros religiosos (la de la Luna) y administrativos (la del Sol) que están separadas por una explanada de 500 metros en donde se ubicaban la zona residencial.
La Huaca de la Luna es la más impresionante. Una serie de interminables imágenes polícromas impresas en paredes de adobe modelado a mano constituyen este alucinante lugar. Si está en Trujillo, no puede dejar de visitarla. Le aseguramos que hay una gran diferencia entre ver las fotos y estar allí. Una de las imágenes más perfectamente conservadas es la de Ai Apaec o El Degollador.
Otro destino imperdible es el complejo arqueológico El Brujo, en cuyas ruinas se encontraron los restos de la Señora de Cao, la primera gobernante mujer que comandó el destino de miles de pobladores mochicas 17 siglos atrás. A solo una hora al norte de Trujillo, este complejo comparte con la Huaca de la Luna los diseños coloridos y las imágenes de prisioneros y guerreros.
LA HISTORIA VIVA
Luego de este breve repaso de sus clases sobre las culturas prehispánicas es necesario mencionar que en Trujillo la tradición vive. Los caballos peruanos de paso, por ejemplo, son una clara muestra del mestizaje peruano español. Los conquistadores trajeron caballos que tuvieron que adaptarse a la geografía de la costa peruana. El resultado: un andar cadencioso, hipnotizante, único.
Y si hay algo que representa perfectamente a Trujillo es la marinera norteña. Según indicios, se cree que este baile nació en la Colonia y los trujillanos, orgullosos, esperan mantenerla viva varios siglos más.
En Trujillo se puede ser testigo de la simbiosis perfecta entre la marinera y los caballos de paso. Un baile eterno entre un chalán, fusionado con su animal como una especie de mítico centauro, y una bella y coqueta danzante de marinera.
LA VIDA EN EL MUSEO
Un lado desconocido de Trujillo es que es una ciudad plagada de museos y en la que la cultura flota en el aire. El museo de Arqueología, Antropología e Historia, por ejemplo, aunque pequeño, causaría envidia a los más grandes museos del mundo por su irrepetible contenido de restos, huacos, momias y otros vestigios milenarios.
El arte no podía estar ausente en esta ciudad. Por eso es una de las pocas ciudades en el Perú que tiene su propio Museo de Arte Moderno. Nació como un esfuerzo del pintor trujillano Gerardo Chávez por luchar contra la indiferencia estética. Decenas de obras, entre pinturas, esculturas, grabados y dibujos de artistas plásticos de todo el mundo y época están a la disposición de quienes decidan darse una baño de arte.
Para terminar este recorrido, está el más tierno de todos: el Museo del Juguete, que contiene más 2.000 objetos de todas las épocas: desde la época precolombina hasta otros juguetes que harán que las lágrimas corran en un ataque de nostalgia incontrolable.
LA PRIMAVERA NO ESPERA
Como todos los años en setiembre, Trujillo se viste de gala este año para su tradicional Festival Internacional de Primavera, en su versión 58. Por algunos cambios en el clima, en el 2008 los días centrales de esta celebración serán por primera vez el 4 y el 5 de octubre.
La gran fiesta primaveral trujillana, el gran corso, el concurso regional de caballos de paso, ferias y muchas otras actividades se vienen organizando para celebrar la llegada de la estación más esperada.
Formar parte de esta fiesta y, de paso, aprender y asombrarse con la cultura está más cerca de lo que cree.
ALLÁ VAMOS
Cómo llegar: El viaje en avión toma 55 minutos aproximadamente. Los buses tardan nueve horas en llegar a Trujillo.
Hospedaje: Hotel Libertador. Plaza Mayor de Trujillo (044) 23-3741. Hotel Plaza en el Jr. Colón 257 (044) 22-1220.
Restaurantes: cocina peruana: Fiesta (Av. Larco 954, Vista Alegre); cocina italiana: Il Valentino (Jr. Orbegoso 224). Pescados y mariscos: Big Ben (Av. Larco 840, Huanchaco). Cocina fusión: SKBCH (Ca. Pedro Urraca 515, San Andrés).
Museos: Museo de Arqueología e Historia (Jr. Junín 682); Museo de Arte Moderno (Av. Villareal Mz. W Lote 2, Urb. El Bosque); Museo del Juguete (Av. Villarreal Mz. W Lote 2, Urb. El Bosque)
Otros: demostración de marinera y caballos de paso: Asociación de Criadores y Propietarios de Caballos Peruanos de Paso Trujillo. Vía de Evitamiento km 569. Caballitos de totora: en el malecón de Huanchaco.
Tours: Trujillo Tours (Jr. Diego de Almagro 301) (044) 23-3069 www.trujillotours.com
Por César Sarria Gomí
Vamos! – El Comercio