Es muy probable que los rezagos de la temporada de lluvias se registren todavía durante la Semana Santa y eso impida gozar en su plenitud de los diversos paisajes de nuestro país. Sin embargo, si su espíritu de aventura es muy fuerte, puede agarrar su mochila y emprender un viaje a la Selva Central, y llegar a Satipo para disfrutar de su belleza natural.
En Satipo, el turismo todavía es incipiente, pero eso no impide realizar el viaje, al contrario, es particularmente interesante conocer lugares escondidos donde la selva conserva su encanto natural.
Su atractivo crece ahora porque las comunidades indígenas, como los asháninka y nomatshiguenga o matsiguenga ofrecen al viajero la oportunidad de interactuar con ellos y realizar actividades como la caza y pesca, recoger el fruto de los árboles y disfrutar de su comida hecha con productos de la zona.
En Satipo abundan las caídas de agua. En el distrito de Pangoa, por ejemplo, se encuentra la catarata Tina de Piedra, llamada así porque el agua ha amoldado la roca dándole una forma cóncava. Para los pobladores, éste era un lugar donde los nobles incas disfrutaban del baño.
La catarata está rodeada de inmensos árboles que dan forma a un paraje edénico. A este lugar concurren los lugareños para refrescarse del fuerte calor que se registra en la zona.
En Pampa Hermosa se encuentra la catarata Gallito de las Rocas, de más de 20 metros de altura. Al lado derecho se aprecian cuevas donde viven estas aves. En esta zona también se ubica la caída de agua Pacasmayo o Cristal.
Por último, en Río Tambo se encuentra la Misión de Puerto Ocopa. Fundada en 1918 por misioneros franciscanos, la misión destaca por su construcción con amplios arcos y ventanas. En su templo resalta la imagen de Jesús en la cruz y la Virgen María vestida con chusma (túnica asháninka).
Datos
La ciudad de Satipo se ubica en la margen izquierda del río del mismo nombre, a 440 kilómetros de Lima.
En la provincia se hallan el Parque Nacional Otishi y la Reserva Comunal Asháninka.