Entre cinco mil y siete mil turistas nacionales y extranjeros espera recibir la Reserva Nacional de Paracas, ubicada en la provincia de Pisco, en Ica, al sur de Lima, durante el feriado largo por Fiestas Patrias, estimó su jefe encargado David Orozco.
Refirió que durante esta temporada la mayoría de visitantes es de Ica y Lima, mientras que el público foráneo proviene de Alemania, España, Inglaterra, Estados Unidos y China.
“Ahora que ya culminó el mundial de fútbol, consideramos que vamos a recibir una importante delegación de extranjeros”, anotó en diálogo con la agencia Andina.
Debido a la afluencia de visitantes que recibe la reserva en esta fecha, dijo, están aplicando un plan de contingencia que contempla la colocación de baños químicos en los principales puntos turísticos para evitar la contaminación ambiental.
Asimismo, coordinan la seguridad con la Policía Nacional y guardaparques, los cuales se ubican en los puestos de control y vigilancia.
“El propósito es brindar al visitante una estadía segura y de calidad para que retorne en otra oportunidad y nos recomiende como destino turístico.”
El boleto de ingreso a la reserva cuesta 5.00 nuevos soles para adultos y 1.50 nuevos soles para niños. “En tiempo de fiestas los precios se mantienen”, apuntó el funcionario.
La Reserva Nacional de Paracas se encuentra a tres horas de Lima. Cuenta con 335 mil hectáreas dedicadas a la protección y preservación de especies en vías de extinción, de las cuales 117 mil 406 son de tierra firme y 217 mil 594 de aguas marinas.
El área ha sido declarada reserva regional para aves migratorias. Allí, los visitantes pueden observar diversos ecosistemas, restos arqueológicos de la cultura Paracas, el lugar donde desembarcó el libertador José de San Martín y gran diversidad de fauna marina.
De las áreas protegidas en el Perú, Paracas es la única que posee un ecosistema marino.
Desde el balneario de Paracas también se puede tomar un tour en yate a las islas Ballestas.
El sismo de 7 grados en la escala de Richter que asoló el sur chico en 2007 provocó que parte de sus emblemáticas formaciones rocosas, como La Catedral -creada por la erosión del agua y el viento durante 35 millones de años- se destruyan.
“Pese a ello, dicha zona aún sigue siendo visitada debido a que los turistas pueden tomar fotografías y así conservar un registro de los daños que ocasionó el fuerte sismo”, apuntó.