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Pondrán en valor Río Rímac y será un punto de atracción turística

Notiviajeros.com
La historia del río Rímac, el río hablador que surte de agua a la ciudad de los Reyes, cambiará categóricamente en poco tiempo, cuando sus alrededores vuelvan a vestirse de verde y recupere la prestancia de antaño que lo hacía un lugar agradable para recorrer.

En menos de dos años, cuatro kilómetros del río comprendidos entre el malecón Checa y el Puente del Ejército, estarán rodeados de un parque verde que lo convertirá en uno de los atractivos más importante de la capital, según el proyecto diseñado por la Municipalidad Metropolitana de Lima.

El propósito es pasar del vertedero que es ahora el Rímac a una zona digna de ser visitada por las familias, explicó a la Agencia Andina el arquitecto Augusto Ortiz de Zevallos, asesor en temas urbanísticos de la nueva gestión municipal que encabeza Susana Villarán.

El diseño contempla el encauzamiento del Rímac hasta reducir su ancho a solo 45 metros, lo que permitiría ganar, por lo menos, unos 60 metros para la forestación y el reverdecer del río, donde se crearían alamedas y paseos.

“El río Rímac ocupa más lugar del que necesita. La idea es darle un cauce formado y con espacios donde se queden depositados los elementos sólidos que trae el agua”, indicó Ortiz de Zevallos.

Punto de esparcimiento, deporte y cultura

Pero además se pretende su conexión con la zona de Cantagallo, donde hay unas 20 hectáreas absolutamente aprovechables para actividades culturales, deportivas, de arte, de folklore y de disfrute en general.

“Es un enorme espacio que se puede convertir en un gran parque sumado a todo el parque longitudinal del Rímac, o una especie de Larcomar que ayudaría al renacer de la ciudad, a que Lima nos vuelva a ofrecer espacios públicos vivos y atractivos”, comentó.

Señaló que a esto podrían sumarse varios inmuebles hoy abandonados que son propiedad del Estado y que ayudarían a ese propósito como son el Estanco de la Sal y el Estanco del Tabaco, ubicados en el distrito del Rímac.

“Hoy en día, Lima lamentablemente no nos ofrece nada y por esa razón se ha convertido solo en el paradero de los turistas que llegan al aeropuerto Jorge Chávez e inmediatamente después se embarcan hacia las ciudades del interior”, sostuvo.

Agregó que paradójicamente, Lima es la capital gastronómica de América pero no ofrece mucho ni en su centro ni en su litoral donde debería haber el mejor cebiche sino en Miraflores y otras zonas.

Afirmó que la reconversión de esta importante parte de la capital es posible haciendo un manejo eficiente del río, estudiando su comportamiento, trabajando en las obras durante la época en que no llueve, y organizando el agua de tal forma que se asegure una especie de espejo de agua todo el año.

Ortiz de Zevallos precisó que para que todo esto se convierta en una realidad se necesita en primer término darle un manejo ecológico al río y eso implica el concurso de muchos actores y una estrategia conjunta porque “los esfuerzos aislados no dan resultado”.

“Se pueden hacer cosas muy interesantes, inclusive se podría tener hasta lagunas para el disfrute del público en las partes altas del río como en Chaclacayo”, señaló.

Manifestó que pese a que el centro de Lima es patrimonio de la humanidad nadie va a este lugar porque quiere sino porque se ve obligado a trabajar allí o llega para tomar una conexión de transporte y no le queda otra alternativa.

“Actualmente, el jirón Rufino Torrico es una gran imprenta, Paruro es una productora de estampitas y títulos mentirosos, Pachitea una ferretería, es decir la ciudad se ha vuelto un mall pero no con sentido valioso, porque no hay tiendas bonitas ni prestigio ni calidad, sino solo aprovechamiento”, opinó.

En ese sentido, señaló que el reto es devolverle a Lima la vitalidad y el movimiento de antes como sucede en otras grandes ciudades del mundo, donde la gente pueda encontrar música, arte, libros, comida rica, teatro, peñas.

“Sería extraordinario poder visitar el centro, incluida la sede de los Correos, que es un espacio actualmente desperdiciado, para continuar luego por el parque del río Rímac, y seguir al parque de la Muralla e ir después a buscar libros al jirón Amazonas o pasear por Cantagallo. Todo este circuito tiene que estar conectado”, comentó el urbanista.

“No se puede regresar a la Lima de hace 200 años pero sí podemos hacer que el río Rímac deje de ser ese vertedero vergonzante que es ahora y convertirlo en un espacio de disfrute de los ciudadanos que viven y que van hacia allí”, indicó.

Inversión

El especialista calculó que la canalización del río podría costar entre 40 y 50 millones de soles, cifra que consideró manejable si se tiene en cuenta la revalorización de los predios aledaños y lo que recaudaría la municipalidad una vez que la obra atraiga la inversión privada a la zona.

“Si yo invierto 50 millones generó valor predial por 500 o por mil y genero negocios por mucho más dinero del que voy a invertir, de manera que el propio municipio se está dando a sí mismo con esa inversión la capacidad de devolver el dinero”, subrayó.

Agregó que ya hubo algunas conversaciones con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo y que el proyecto tuvo bastante receptividad, ya que ambas entidades financieras se interesan mucho en los planes que eleven la calidad de vida de los ciudadanos.

“Teniendo en cuenta que somos ocho millones de habitantes en la capital, uno de cada cuatro limeños estaría atendido con esta obra”, dijo el experto.

Consideró que si hasta la fecha no se ha hecho nada por darle ese rostro a Lima, es porque se trata de una tarea laboriosa, que demanda la organización de muchos actores y porque, por lo general, los alcaldes prefieren proyectos cortos y más efectistas.

Calculó que en el primer semestre de este año podría estar listo el expediente y este mismo año podrían comenzarse los trabajos de canalización del río, así como también la maqueta definitiva, que permita convocar a la inversión privada para que examine sus posibilidades y se anime a desarrollar proyectos en el centro de la ciudad.

“Vivir al lado de un gran parque cambiará categóricamente la condición de vida de la gente que habita zonas como El Agustino, Monserrate, Barrios Altos, San Juan de Lurigancho, porque será muy distinto a estar al lado de un río tugurizado, conflictivo, tomado por delincuentes y drogadictos”, anotó finalmente.