Saltar al contenido

Planes para Semana Santa

Se acercan los anhelados días libres de Semana Santa, la oportunidad perfecta para salir de la ciudad, viajar y terminar el verano renovados. Pero la pregunta es: ¿A dónde ir? Si aún no ha decidido qué destino va a visitar, pero prefiere la sierra, considere que es época de lluvias y que se pronostican fuertes tormentas en varias regiones, aunque las ciudades que tendrán un clima benigno por estas fechas serán la siempre soleada Ayacucho y la cálida Cajamarca.

Hay que tomar en cuenta que, al igual que nosotros, muchos saldrán de viaje, por lo que es bueno estar preparados y considerar otros circuitos alternativos a las rutas tradicionales de turismo y darse la oportunidad de conocer algo nuevo.

He aquí algunas propuestas para probar con recorridos novedosos en los destinos más concurridos y así evitar hacer largas colas para visitar un lugar.

FERVOR AYACUCHANO
La antigua ciudad de Huamanga es el lugar donde se celebra con mayor fervor la Semana Santa. Las más de treinta iglesias que coronan con sus torres y cúpulas el paisaje de este asentamiento central del virreinato abren sus puertas durante los días santos y contagian del espíritu religioso a los visitantes, que se congregan con los lugareños en plazas y calles para celebrar a Cristo resucitado.

DESPUÉS DEL VÍA CRUCIS
Entre los principales eventos destacan la escenificación del Vía Crucis, la salida del Cristo por la plaza y la salida de toros al estilo Pamplona. Pero si desea algo diferente y menos concurrido luego de las intensas celebraciones, entonces emprenda el viaje hacia Vilcashuamán. Sobre todo si es su segunda visita a Ayacucho, le recomendamos salirse un poco de las rutas tradicionales y tomar la vía que se dirige hacia el sur. El camino es un poco largo y tedioso, pero vale la pena. Luego de una hora de trocha y dos de camino afirmado se llega a Vilcas, un pintoresco poblado que fue un importante asentamiento en la época incaica .

La mayoría de las casas actuales ocupan el lugar del antiguo emplazamiento prehispánico. Incluso, muchas han sido construidas con las paredes de las ruinas incas. En la plaza principal se halla aún el Templo del Sol, sobre el cual se levantó, a fines del siglo pasado, la iglesia colonial de San Juan Bautista, de modo que las torres de esta descansan sobre los muros prehispánicos labrados con nichos de forma trapezoidal. Hacia el otro lado de la plaza sobresale imponente una gran pirámide escalonada donde destaca un complejo inca labrado en piedra.

Deje algo de tiempo para caminar por sus sinuosas calles donde se topará con muchas sorpresas.

BOSQUE DE PUYAS
Si continúa con la travesía, la ruta lo llevará hasta el poblado de Vischongo, donde se encuentra el bosque de puyas Raimondi Titankayoc. Este es el paraje más extenso de puyas Raimondi y alberga unos 250 mil ejemplares de esta peculiar especie de bromeliácea que llega a medir hasta 14 metros de alto y que florece una vez en la vida entre los 60 a 80 años.

Otro lugar que vale la pena visitar en esta ruta es la laguna de Pomacocha, a solo unos cinco kilómetros de la localidad de Vischongo, en cuyas inmediaciones se ubican los restos del complejo inca de Intihuatana.

CAJAMARCA DIFERENTE
Este destino reúne en un solo lugar una rica historia, impresionantes paisajes de valles y quebradas y espléndidas iglesias coloniales.

Por estas fechas no se recomienda los circuitos habituales a donde llega la mayoría de los turistas, porque por lo general están repletos. Hay novedosas caminatas para descubrir a sus alrededores donde podrá disfrutar con calma del paisaje.

A solo 15 minutos de la ciudad está la localidad de Baños del Inca desde donde salen carros hacia Llacanora, pasando el valle de Huayrapongo, donde se inicia el camino de trocha hacia las pinturas y cuevas de Callacpuma.

En este lugar puede contratar los servicios de un guía para que lo lleve por una amena caminata hasta los petroglifos. Haga un esfuerzo final y llegue hasta la cima, desde donde podrá tener una vista espectacular del valle circundante.

ESCULTURAS DEL VIENTO
Cumbemayo es un destino imperdible, ya que es una de las formaciones rocosas más hermosas de nuestro país y es un área tan extensa que no hay necesidad de toparse con el resto de los visitantes. Acá lo mejor es hacer el recorrido con un guía para no perdernos los acueductos prehispánicos.

Si le encantó Cumbemayo, pregunte por una nueva alternativa: el complejo pétreo natural de Shacsha. Todavía no está totalmente habilitado para el turismo, pero si le gusta la aventura, este lugar es todo suyo.

Además, a unos 16 kilómetros de las ventanillas de Otuzco, en el mismo camino, están las ventanillas de Combayo (a una hora y veinte desde Cajamarca). Se trata también de formaciones en roca volcánica convertidas en contextos funerarios para resguardar los restos óseos de los antiguos habitantes de la cultura Cajamarca.

Otros complejos de este tipo son los de Manzanomayo y Miraflores.

MORADA DEL CÓNDOR

En su próxima visita a Cajamarca le recomendamos tomarse un día más para conocer el complejo arqueológico de Kuntur Wasi, donde la misión japonesa de la Universidad de Tokio ha realizado trabajos de excavación arqueológica por más de quince años.

Es uno de los pocos sitios arqueológicos de nuestro país que ha sido investigado intensamente y que ha pasado por un cuidadoso proceso de conservación y de restauración.

LEGADO DE KUNTUR WASI
El centro ceremonial, compuesto por templos y plazas, está en gran parte restaurado y cuenta con un didáctico museo de sitio.

En la cima del cerro La Copa, donde se ubica Kuntur Wasi, se hallaron magníficas tumbas que datan del 1.100 al 50 a. C. que contenían orejeras, narigueras y coronas en oro y plata como ofrendas que representan los trabajos de orfebrería más antiguos del continente.

Destacan también los monolitos y dinteles de piedra de fascinantes seres, algunos de los cuales se mantienen en el lugar en que fueron hallados originalmente.

Recuerde que en el poblado no hay servicios ni hoteles, por lo que generalmente se recomienda solo para pasar el día. Lleve refrigerio para la excursión.

Por: María Helena Tord, Suplemento Vamos – El Comercio