Saltar al contenido

No habrá más turismo espacial hasta el 2012

Los multimillonarios que quieran comprar un billete de ida y vuelta con destino a la plataforma orbital tendrán que esperar hasta que se construya una nueva nave rusa Soyuz diseñada especialmente para turistas espaciales.

El magnate informático estadounidense, Charles Simonyi, que se encuentra ahora a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI) ha sido el último afortunado en viajar a “la ciudad de las estrellas” en calidad de visitante.

Cuando retorne a la Tierra el próximo 7 de abril, la Estación Espacial estará cerrada para el turismo, sin importar los millones de dólares que se ofrezcan.

“El turismo espacial es una actividad obligada, pero tenemos que construir la EEI no para los turistas, sino para satisfacer las necesidades de los habitantes de la Tierra”, aseguró Vitali Lopota, presidente de la corporación cósmica Energuia.

Rusia recurrió al turismo espacial a principios de esta década debido a la grave crisis de financiación que afectó a su programa especial tras la caída de la Unión Soviética, la primera potencia en enviar un hombre al espacio exterior en 1961.

Ahora, en cambio, según el director de la Agencia Espacial Rusa (Roscosmos), Anatoli Permínov, la razón para suspender las visitas es la falta de espacio .
El jefe del programa de vuelos de Roscosmos, Alexéi Krasnov, aseguró que la nueva Soyuz para turistas espaciales podría está disponible en el 2012 0 2013, informó la agencia Interfax.

“Si un multimillonario ruso o extranjero alberga el anhelo de volar al espacio y residir durante una semana en la EEI, tendría que adquirir su propia Soyuz”, señaló Vitali Davidov, subdirector de Roscosmos.

Davidov reconoció que una Soyuz costaría “mucho dinero”, por lo que, además de los turistas, compañías y gobiernos también podrían adquirir las naves con el objetivo de desarrollar sus respectivos programas espaciales.

El primer turista en viajar a la EEI fue el estadounidense Dennis Tito, antiguo científico de la NASA, que viajó a la plataforma en mayo de 2001, y confesó que no hacía falta ser un “superhombre” para volar al espacio.