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Maras: Cusco auténtico

La mayoría de los visitantes que recorren el Urubamba no le dedican el tiempo que se merece al poblado de Maras (conocido más por sus salineras y por las andenerías cercanas de Moray). Pasan por la villa sin advertir que este encantador poblado conserva originales restos de su glorioso pasado virreinal en sus fachadas y una nostálgica atmósfera de un pueblo detenido en el tiempo.

Maras tiene, además, una privilegiada ubicación sobre una llamativa prominencia o meseta que permite una vista soñada de la cordillera nevada de los Andes, que se divisa frente al templo mayor y que muestra un panorama único bajo el cielo siempre azul de la cordillera andina.

A LA VUELTA DE LA ESQUINA
La villa de Maras se recorre a pie y a cada paso nos encontramos con impresionantes portales de piedra, que se suceden entre las polvorientas calles, que relatan la estirpe y glorias de los que la habitaron en tiempos de la Colonia.

En la calle Jerusalén, la que conduce a la Plaza Mayor, destacan sus fachadas con elaborados dinteles y umbrales donde se reconoce en los blasones los símbolos de sus antiguos dueños.

POSTALES DEL PASADO
El apacible ritmo de esta villa permite tomarse el tiempo con calma y observar tranquilamente el valle de Yucay y el panorama que nos rodea.

Si nos ganamos la confianza de sus habitantes podremos conocer además otros encantos desconocidos de sus músicos y artistas.

Desde hace un tiempo, el nombre de Maras ha vuelto a sonar, debido a que en la comunidad de Misminay se han implementado con éxito casas hospedaje de los mismos comuneros que ofrecen turismo vivencial (en coordinación con la empresa Cóndor Travel) donde los visitantes realizan talleres de tejido y faenas agrícolas.

Otra novedad de esta ruta es que las visitadas salineras de Maras ahora ofrecen la oportunidad de acompañar a los comuneros en sus faenas diarias de recolección de sal.

Muy cerca de Maras también están las andenerías de Moray, consideradas un laboratorio prehispánico donde se realizaban los estudios de los cultivos en la época incaica. Así que si pasa por ahí, ya lo sabe, dese un tiempo y haga una parada en Maras para admirar un lugar que esconde, entre su larga sucesión de casas blancas de techos de tejas, una auténtica belleza que se remonta a sus antiguos orígenes y una vista única del valle y la cordillera.

Allá vamos
Cómo llegar:
Maras se ubica a dos kilómetros de la carretera Cusco-Urubamba.

Hospedaje: En Maras no hay hoteles grandes, por lo general los visitantes se hospedan en Urubamba. Sin embargo, actualmente existe una propuesta de turismo vivencial de albergues y casas de hospedaje en Misminay (entre Maras y Moray) en coordinación con Cóndor Travel (www.condortravel.com).

Por: María Helena Tord – Vamos!