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Lobitos podría ser la primera Reserva Paisajística marina del Perú

Notiviajeros.com
Una mañana azul y de brisa ligera a inicios del 2009, repentinamente se tornó gris por el velo oscuro de humo y fuego que se elevaba hacia el horizonte y que provenía de Punta Lobitos, una de las 10 puntas de peña que posee el Distrito de Lobitos en Talara, Piura. Los pobladores ?indignados por la frescura de traficantes de tierras que planeaban apoderarse de zonas tan frágiles para el ecosistema de Lobitos? usaron lo que tenían a la mano para proteger el área y tostaron los palos de carrizo que se habían colocado para delimitar un terreno y tumbaron los alambres de púas que lo protegían. Con frustración y determinación, la comunidad de Lobitos dio el primer paso para proteger lo más valioso de su distrito: el mar, las olas y todo un sistema de arena y rocas que dan vida a uno de los lugares más fantásticos a nivel mundial para practicar el deporte del surf, la pesca y disfrutar de la naturaleza.

Luego del incidente, los pescadores y organizaciones de la sociedad civil se reunieron intensivamente en decenas de talleres y conversatorios para presionar a la municipalidad y dar vida a una Ordenanza Municipal para proteger de una vez por todas la línea costera del Distrito de Lobitos. El Consejo Municipal aprobó el 21 de julio del 2009 la ordenanza N°002-072009- GL/MDL que declara intangibles las puntas, playas y dunas del distrito de Lobitos. La primera piedra estaba colocada.

SURF TOWN
Todos los días del año, desde las 6:30 de la madrugada, decenas de siluetas descienden desde la parte alta de Nuevo Lobitos o aparecen cautelosas tras los algarrobos del Barrio Centro o Antiguo Lobitos para reunirse en la playa. La arena de Lobitos se camufla de un color brillante y dorado para dar los buenos días a los visitantes. Los surfers se cuadran frente a Punta Lobitos, donde cada 10 segundos se alza una pared de agua de más de dos metros de altura y cae como una cortina, avanzando rápidamente, formando una tubería enorme y larga. Todos reman para subirse a una ola y deslizarse por sus fauces. El sol empieza a subir lentamente detrás de Punta Panamá, al extremo norte de Lobitos, y a calentar las líneas de olas que aparecen en el horizonte, una tras otra, una tras otra. El día recién comienza en Lobitos.

Renán Castro tiene 11 años y ya lleva dos semanas en Lobitos. Voló desde Florianópolis, Brasil, para entrenarse en olas fuertes y tubos con fondo de arena, y “nada mejor que Lobitos”, comenta Flavio, su padre. “Ya es la segunda vez que venimos y lo mejor es que hay olas todo el tiempo”, explica. Flavio es enérgico al momento de los entrenamientos pero se divierte mucho corriendo estas olas al lado de su hijo. “El sol todo el año y la luz son excelentes para sacar material para los auspiciadores”, dice mientras troza un filete de pescado fresco en el restaurante de Tranquilino, un personaje clásico de Lobitos y punto de encuentro para contar los tubos que se han corrido durante el día.

Mariana Rodríguez vive en el Barrio Centro de Lobitos desde hace más de 5 años y es una de las líderes para continuar con la protección de Lobitos. “Lograr la publicación de la Ordenanza Municipal fue un gran reto. Sin embargo, Lobitos necesita una resolución con más peso legal que venga desde el Congreso o algún ministerio. Por eso empezamos con el proyecto de convertir al litoral del Distrito de Lobitos en un Área Natural Protegida en la categoría de Reserva Paisajística, que es la que más se adecúa según los lineamientos del Sernanp (Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado)”, explica mientras su pequeño hijo Caleb juega con sus carritos y pinta sobre una cartulina blanca. “El expediente técnico ya está en el Sernanp desde febrero de este año y estamos en el proceso de correción y actualización de datos”, termina.

Lobitos nació hace más de 100 años como consecuencia del desarrollo de la industria petrolera inglesa en las haciendas de La Brea (hoy Negritos) y Pariñas (donde se encuentra Lobitos). Años más tarde, pescadores del bajo Piura llegaron a estas tierras interesados en las bondades de su rico mar. Fue en 1998, cuando un brutal Fenómeno de El Niño cambió el aspecto de la bahía de Lobitos: una espesa capa de arena cubrió el fundo rocoso de muchas de las puntas de Lobitos, dando vida a las mejores olas del país. Actualmente, el combustible que mueve el motor del Distrito de Lobitos son la pesca artesanal y el turismo de las olas.

Según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), el Perú recibe al año alrededor de 20 mil turistas que llegan al país exclusivamente a practicar el surf. Y la mayoría de estos turistas provienen de Australia, Estados Unidos y Brasil, entre otros países. Además, PromPerú indica que el 2% de los turistas extranjeros que visita el Perú lo hace para realizar actividades relacionadas a las olas, y el 90% de los tablistas que llegan al Perú, visitan Lobitos.

Es cierto que los porcentajes y datos son aburridos. Sobre todo cuando hablamos de olas, mar y pesca. Sin embargo, lo que está pasando en Lobitos es una clara realidad. El turismo gracias a las olas está creciendo de manera exponencial. “El mayor objetivo del proyecto de nombrar a Lobitos como un Área Natural Protegida, es el cuidado del medio ambiente por sobre todas las cosas y asegurar la sotenibilidad del turismo y la pesca. Los turistas que están llegando vienen a encontrarse con la playa y las olas perfectas de Lobitos, y el día que se destruyan no tendrán razón para regresar. El distrito está en el centro de un sistema geomorfológico que se debe proteger, y su conservación dará sostenibilidad a la comunidad en sus actividades de pesca y turismo”, explica Mariana.

ÁREA NATURAL LOBITOS
Esta iniciativa cuenta con el apoyo de la Municipalidad Distrital de Lobitos, la ONG Waves for Development, la escuela de tabla Olas Perú, la ONG Tablistas para Cristo, el Departamento de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica del Perú, La Asociación Villa Militar de Lobitos, la población de Lobitos, entre otras instituciones, cuyo objeto de conservación es el “Recurso Natural Renovable Olas y su sistema geomorfológico que, gracias a las características oceanográficas y meteorológicos de la zona, las producen”, explica el expediente técnico.

Lobitos presenta a lo largo de su línea costera de aproximadamente 25 kilómetros, alrededor de 10 rompientes que producen varias olas de calidad mundial, las que lo convierten en un lugar con mucho potencial, pues dicho fenómeno natural se da en muy pocos lugares del mundo. Las olas que se forman en Lobitos son el producto de un delicado y vulnerable sistema que involucra las puntas geográficas, los fondos marinos (que se arenan y desarenan cada año), vientos (con una velocidad promedio de 30km/h), oleajes (en dirección norte o sur) y cordones de dunas. Estos últimos son de gran importancia pues son el lugar físico por donde el sedimento de arena se desplaza kilómetros para poder llegar a los fondos marinos próximos a las puntas geográficas, se empaquen como alfombras de arena y determinen la forma perfecta de las olas.

Cualquier daño o alteración en el sistema tendría consecuencias casi irreversibles en las olas del distrito, como está ocurriendo en Huanchaco, donde el molón de Salaverry construido en 1982 ha impedido el paso de la arena, y actualmente la erosión ha barrido con más de 100 metros de playa en casi 22 kilómetros.

Si bien el proyecto contempla solo la franja costera de Lobitos (por el sur desde Punta Capullanas y por el norte hasta Punta Restín), elevar esta zona a una Área Natural Protegida (ANP) permitirá cuidar más allá de los hitos municipales, evitar construcciones o perforaciones petroleras en las dunas, o prohibir fábricas de recursos hidrobiológico frente al mar que contaminen sus aguas. En realidad, este será un gran avance para que las actividades de Lobitos se orienten hacia el desarrollo del ecoturismo, una opción bastante viable y saludable con el medio ambiente. Además, como ANP, se crearán zonas de amortiguamiento y el desarrollo del distrito se regirá de manera ordenada para evitar el fenómeno “Máncora”; es decir, el crecimiento desordenado que la comunidad lobiteña teme.

PESCANDO OLAS
Tulio Chapilliquén, ex presidente de la Asociación Gremio de Pescadores Artesanales de Lobitos, acaba de llegar de altamar y ya despachó su pescado hacia Talara. Amablemente me hace pasar a su casa, se arregla su gorra y toma asiento en una de las bancas de la sala. “Parte de la intangibilidad que propone el proyecto es proteger las puntas o peñas. Esto, definitivamente, será positivo para los pescadores porque en temporadas de verano sacamos algunos mariscos como pulpos y percebes, y a veces aparecen algunas langostas. Además, durante el invierno recolectamos lombrices que usamos como carnada para sacar cachemas”, explica.

Lobitos tiene un poco más de mil pobladores, y se podría decir que el 99% de las familias vive de la pesca. Si bien existe extracción de hidrocarburos, el dinero que ingresa por Canon Minero los beneficia de manera indirecta por la construcción de infraestructura. Por ello ven con buenos ojos la protección de Lobitos. “Una vez salí a pescar con una argentina y dos muchachos de Australia. Ella sacó una cabrilla de un par de kilos, grande, a puro pulso. Otro día llevé a un australiano y a un inglés. Nos fuimos de pesca de altura a buscar atún y ambos pescaron 3 atunes pequeños. Filmaron todo, hicieron fotos y se fueron bien contentos. Y el mes pasado cuatro embarcaciones salieron con turistas para hacer pesca deportiva”, recuerda Tulio. Él, como los demás pescadores, están seguros que el turismo podría generar más recursos al pueblo.

Esa tarde me topé con Renán, Ernesto Nunes un brasilero que vive en el Perú la mayor parte del año, Tamil Martino campeón nacional de Longboard 2009, Magoo de la Rosa 7 veces campeón nacional, y Leandro Usuna campeón nacional 2010 de Argentina, en Piscinas, una ola que se forma al norte de Punta Lobitos. El sol estaba inmenso y rojo. Las embarcaciones y los zancudos petroleros le daban un fondo mágico a los tubos y las olas. Antes de que el sol se sumerja, Renán entró a un pequeño tubo y terminó el recorrido de la ola con un aéreo. Mientras salía del mar me alzó la mano con una enorme sonrisa y empezó a correr para ingresar nuevamente. No hay duda que actualmente las olas son el valor de Lobitos. Si bien este distrito nació y creció como un campamento petrolero, ahora lo está haciendo como un campamento de surf que debemos proteger. Como dicen los lobiteños: ¡Salvemos Lobitos!”, salvemos al mejor estadio natural de olas que tiene el Perú.

RESERVAS MUNDIALES DE SURF
El gran valor de las olas ha estado siempre presente a nivel mundial. Australia, por ejemplo, declaró en 1973 a la playa Bells Beach como la primera reserva nacional de surf. Actualmente este país ya tiene 10 reservas establecidas de surf y extensos kilómetros de línea costera protegidos por el Estado.

Este año, la asociación World Surfing Reserves (WSR), coalición entre la asociación americana Save The Waves y la australiana National Surfing Reserves, anunció la creación de dos nuevas zonas como Reservas Mundiales del Surf: la playa Santa Cruz, en California, otro lugar emblemático por sus olas, cuenta ahora con su segunda zona declarada como patrimonio mundial y se une a Malibú. Y la otra nueva Reserva Mundial es la zona portuguesa de Ericeira, considerada una meca del surf mundial con una franja costera de 4 km.

Sin embargo, a pesar de la importancia del surf a nivel mundial, son pocos los países que han optado por establecer nuevas reservas de surf en sus costas. Pero el Perú está en camino. El proyecto que nombraría a la zona costera de Lobitos como Área Natural Protegida puede desarenar el camino para que Lobitos sea declarada la primera reserva de surf en Sudamérica orientada a proteger sus olas. Esto, definitivamente, sería un logro más para el Perú en relación a este deporte. Ya somos campeones mundiales de surf, Sofía Mulánovich ya lo fue en el 2004 y ganó una fecha del circuito mundial de mujeres en el 2009 justamente en Lobitos, tenemos campeones Latinoamericanos, Panamericanos y en la categoría Masters, y en mayo podríamos ser campeones mundiales en Juniors.

Lobitos cuenta con numerosas olas consideradas de calidad mundial según los estándares internacionales: un ángulo de rompiente mayor a 30° y menor de 90°, una intensidad de rompiente considerablemente fuerte, una altura de ola que la hace útil, tanto para principiantes como para deportistas avanzados a lo largo de sus diferentes locaciones o “points”, y finalmente un conjunto de rompientes en las cuales las olas que se forman constan de numerosas y largas secciones o recorridos, donde todas presentan alguna sección con tubo, imprescindible para ser catalogadas como olas de calidad mundial. Además, una característica importante es que la orientación geográfica del Distrito de Lobitos permite que todos los tipos de oleaje que ingresan al litoral peruano, ya sean del norte, sur o suroeste, generan en alguna de sus rompientes olas de calidad superior.

Actualmente el proyecto viene recolectando firmas que se presentarán al Sernanp para demostrar el apoyo de la comunidad sobre su designación como Área Natural Protegida. Los padrones de firmas se encuentran en las tiendas Billabong, O´Neill y Boz de Lima, en la playa La Herradura y tiendas Bohemia de Chiclayo. “Lo más complicado del proyecto es conseguir firmas desde el norte. Pero estamos seguros que el Sernanp y el Ministerio de Ambiente apoyarán esta iniciativa”, finaliza Mariana Rodríguez.

El Comercio