Saltar al contenido

La Selva, un paraíso para aventureros

Un millón y medio de hectáreas de frondoso bosque —que se expande sobre los departamentos de Ucayali y Loreto— cobijan unas 18 especies de primates, más de 300 variedades de aves y cerca de 1.000 categorías de plantas. Todo ello lo espera para que viva una experiencia cargada de diversión y abundante adrenalina.

El paraíso natural al que nos referimos es la reserva natural Sierra del Divisor —declarada así por el Inrena en el 2006— que desde hace algunos meses recibe a quienes buscan descubrir los misterios de nuestra Amazonía.

EMPIEZA LA AVENTURA
El punto de partida es la ciudad de Contamana, enclavada a orillas del río Ucayali. Para llegar se debe partir de Pucallpa en unas embarcaciones a motor que cobran S/.30 por asiento y navegar este afluente por unas siete horas.

Durante la ruta se pueden observar otros deslizadores, pequeñas canoas y enormes cruceros que trasladan a centenares de personas, madera y hasta automóviles. Además, las aguas de este inmenso torrente lo pueden sorprender con tímidos delfines.

Al arribar a Contamana, usted tendrá que buscar alojamiento para pasar la noche y a la mañana siguiente enrumbar hacia la reserva.

Si bien esta zona cuenta con infraestructura turística bastante precaria, existe un par de hostales con agua caliente, televisión por cable y cálida atención que cobran unos S/.30 por noche en habitación simple.

Al amanecer debe partir en auto por la vía Aguas Calientes, que es una trocha no habilitada, y avanzar 22 kilómetros hasta el ingreso de la reserva.

Para los aventureros, aquí empieza la acción, ya que deben descender del vehículo para sacarlo de los hoyos de barro que se forman con la lluvia y luego utilizar toda su fuerza para darle un primer impulso y continuar con la travesía.

PARAÍSO ECOTURÍSTICO
Después de un largo sendero, se halla la zona de camping, edificada en madera, con tres pisos y techo de palma. Este albergue natural, donde se instalan las carpas, cuenta también con un vestidor, dos baños del tipo silo y un sector donde se enciende el fogón para preparar los alimentos.

Lo mejor es que está situado a orillas de las aguas termales de La Unión, donde confluyen el agua fría y caliente proveniente de dos quebradas de la parte alta. En esta piscina natural usted puede disfrutar de un relajante baño.

En horas de la tarde habrá que enfundarse las botas de jebe, apoderarse de alguna rama que pueda servir de apoyo para la caminata y transitar entre la vegetación, surcando las corrientes formadas por las quebradas y trepando el monte, con lo que se sentirá el rey de la selva.

La caída del sol le indicará el momento de retornar a la base donde podrá saborear una cena preparada con pescado y productos del lugar. Finalmente, las linternas se apagan y llega la hora de ingresar a las carpas para pasar la noche.

MARAVILLA NATURAL
El segundo día comienza muy temprano. A las cuatro de la madrugada se debe partir hacia la colpa de los guacamayos ubicada a cuarenta minutos del campamento. Desde un escondido punto de observación se puede apreciar el rojo y verde de estas bulliciosas aves.

El mítico wakanki o fuente del encantamiento es otro punto que no debe perderse, así que mantenga el ritmo y avance unos treinta minutos más para conocerlo. Según la mitología indígena, beber el agua que mana de esta formación rocosa le ayudará a tener éxito en la vida y, como lo indica su nombre, cautivará al sexo opuesto.

La ruta continúa hacia la catarata El Llanto de la Anaconda, donde podrá refrescarse del intenso paseo, hacer algunas fotos de la impresionante caída y tomar aliento para regresar por el mismo camino.

Es indispensable ir acompañado por un guía, ya que se trata de una zona poco explorada y que es habitada por cerdos silvestres, perezosos, venados, tapires y felinos, como señala un informe de la ONG Pro Naturaleza.

Los operadores recomiendan llevar equipaje liviano que incluya alimentos, abundante líquido, lentes oscuros, bloqueador solar y repelente. Además le sugerimos añadir a la mochila un buen libro y algo de música, pues el camino es impresionante pero también muy largo.

OPINIÓN
Mucho por hacer
La reserva Sierra del Divisor, considerada como un ecosistema intacto, abarca uno de los sectores más biodiversos de la Amazonía y es —sin duda— la zona reservada y de conservación más atractiva del país que exige el desarrollo del turismo responsable.

En primer lugar, se debe atender la necesidad de protección de esta área y sus pobladores, para evitar usos indebidos como la tala, caza y los cultivos ilegales. Esto requiere un manejo especial, que evite que el turismo ponga en riesgo la única región montañosa en la selva baja y acabe con ella.

Al mismo tiempo es importante implementar y señalar las vías de acceso, así como permitir el ingreso de operadores de turismo o guías capacitados que, en coordinación con los guardabosques de la zona, garanticen un flujo turístico armónico con la naturaleza.

En este sentido, será fundamental la inversión en infraestructura que facilite la visita de turistas, pero que al mismo tiempo genere alternativas que contribuyan a la protección de las especies. Por ejemplo, se deben construir puentes, señalizar, instalar casetas de información y de control dentro de la reserva, pero además se deben esconder o camuflar mejor los puntos de observación de aves y ejecutar otras acciones de este tipo.
GUDRUN RIEBEL. ASESORA DE TURISMO DEL SERVICIO ALEMÁN DE COOPERACIÓN
Por: Milagros Vera Colens