El próximo lunes 16 se inaugurará un moderno auditorio en las instalaciones del Convento de Santo Domingo-Koricancha, donde se encuentran los restos arqueológicos del más importante templo de culto solar del imperio incaico.
Según informó la historiadora Vera Tyuleneva, curadora del museo del convento, el nuevo auditorio tiene como principal finalidad promocionar el arte y la cultura en la ciudad de Cusco.
El espacio está dirigido a los artistas locales de diversos campos creativos (artes plásticas, música, teatro, danza, video y otros) para la realización de charlas, conferencias, conciertos, proyecciones de cine y video y eventualmente presentaciones teatrales de pequeña escala, así como la difusión del arte a través de videos difundidos en Internet.
Dichos eventos se presentarán gratuitamente para todo el público interesado.
El auditorio, ubicado en el segundo piso del museo, tiene más de 200 asientos y posee instalaciones de sonido, ecran para proyecciones y un proyector multimedia.
Entre los primeros eventos que se presentarán en el auditorio figura el proyecto “Videos Multiculturales”, del director español Jorge Mora, a exhibirse del 16 al 20 de junio.
Asimismo, la muestra artística del grupo de pintores shipibo “Barin Bababo”, a presentarse el 21 de junio a las 07:30 horas.
La comunidad de frailes del Convento de Santo Domingo–Koricancha destina a obras culturales la mayor parte de sus ingresos por concepto de las entradas turísticas para visitar el Templo del Sol y su museo de arte virreinal.
El Templo y Convento de Santo Domingo – Koricancha está en la plazoleta Intipampa, en la esquina de la avenida El Sol y la calle Santo Domingo.
El koricancha de acuerdo a los cronistas era una de las edificaciones más impactantes del Cusco incaico. Lucía en el interior paredes enteras recubiertas con láminas de oro, pues era el templo principal del Dios Sol.
Los españoles edificaron sobre la construcción original, hacia 1534, la iglesia y el convento dominico, los que se derrumbaron como consecuencia del terremoto de 1650 y se reconstruyeron alrededor de 1681. El convento posee una pinacoteca muy valiosa con lienzos de los siglos XVII y XVIII.