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Gran alternativa de lujo en Puno

En plena meseta del Collao yace inmóvil, pero enérgico, el puma de piedra, o Titicaca, si traducimos del quechua el nombre del lago navegable más alto del mundo (3.810 m.s.n.m.), situado entre Puno y Bolivia.

Y qué mejor para entender la fuerza que rodea esta área natural y la convierte en protagonista del Altiplano que observar de cerca sus movimientos.

Atrévase a ser presa de las aguas, los paisajes y todos aquellos atractivos que llenan de magia al lago Titicaca y complementan la experiencia con expediciones personalizadas y atención de lujo.

Bienvenidos a la boca del puma, o Titilaka.

PRIMER ENCUENTRO

Son las 9 de la mañana, el reflejo del sol sobre el lago molesta la vista. La travesía empieza en una embarcación rumbo a la Reserva Nacional del Titicaca, la cual se ubica en la bahía de Puno.

Parados sobre la totora, en medio de la isla Titino, se torna inevitable sentirse empequeñecidos por la grandeza del Titicaca. Para llegar hasta allí viajamos 30 minutos en bote desde el puerto de Llachón y otros 90 desde el aeropuerto Manco Cápac de Juliaca.

“Kamisaraki” o buenos días. Así es como saludan alegres los habitantes de la isla. El olor a totora se filtra inmediatamente en las fosas nasales. No es difícil darse cuenta de por qué, pues Titino, así como el resto de islas flotantes sobreviven encima de la superficie del lago gracias a esa planta. Armando Suaña, intérprete ambiental del hotel Titilaka, explica cómo es que esto sucede: “La raíz de la totora, una vez seca, se torna como un corcho y permite que esta permanezca sobre el agua”.

Recalca que para armar una de estas islas flotantes se necesita una base de más o menos diez metros de largo, cinco metros de ancho y metro y medio de profundidad. No es necesario que las familias que lo habitan mantengan algún grado de parentesco, ya que estas serán bienvenidas siempre y cuando colaboren con una masa de raíz de totora.

La vivencia se profundiza con una explicación acerca del estilo de vida local. Es decir, de qué se alimentan los isleños, cómo construyen sus hogares, su actividad económica (basada principalmente en el turismo, pero también en la pesca y textilería).

Los habitantes de la isla Titino también ponen a la venta artesanías como mantos, carteras, pulseritas, etc., que vale la pena llevar de recuerdo.

LOS ALREDEDORES
Una vez instalados en el Titilaka, cada grupo prepara sus excursiones de acuerdo con el itinerario programado. Las rutas más próximas al hotel consisten principalmente en realizar trekking o, si le da el físico, montar bicicleta.

Para empezar, puede llevar a cabo una caminata al Arco Titilaka, ubicado en la misma comunidad aledaña al hotel en el sector de Platería. La expedición dura tres horas (ida y vuelta) y hay que subir una pendiente no muy empinada de unos 50 metros. Esto no afectará la salud de los primerizos en recorrer el Altiplano. Una segunda opción es visitar el sitio arqueológico Inca Anatawi, monte donde miembros de distintas culturas andinas como incas o collas asistían para darse baños de energía solar.

Sin duda, la vista panorámica que abarca el lago, los centros poblados aledaños y la Cordillera Real de Bolivia constituyen el mayor atractivo de ambos puntos turísticos. Claro que vale la pena recalcar otros como permitir al viajero inmiscuirse en el estilo de vida rural de los puneños, a quienes se los observa dentro de su cotidianidad agrícola y ganadera. Incluso, si tiene suerte podrá ver cómo es que tiñen artesanalmente la lana de sus ovejas, la cual después se utilizará para elaborar alfombras y tapices.

Considere que durante el día con frecuencia el cielo está despejado. El sol del Altiplano quema y acalora, aunque las ventiscas heladas por momentos lo disimulen (sobre todo en estos meses de temporada seca). De ese modo, si se encuentra en actividad, un polo de manga larga o camisa bastará para estar con el cuerpo templado.

CULTURA VIVA
Una vez aclimatados a la altura no está de más probar con experiencias un poco más lejos del hotel.

De ese modo, anímese a visitar la isla de Taquile, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco por mantener con el trascurrir de los años tradiciones tan particulares. Una de ellas es esa que obliga a los novios durante el matrimonio a mirarse sentados frente a frente tres días sin sonreír o moverse por su cuenta.

Llegar allá desde el Titilaka demora una hora en bote. No obstante el recorrido amerita la espera, pues propone un circuito personalizado por la isla.

La embarcación ancla en la playa Chujuno y así empieza el recorrido, en el cual se destacan plantas oriundas de la zona tal como la saliva (parecida a las habas), el eucalipto y la muña. Mientras escuchamos las explicaciones del guía vamos subiendo una pendiente hasta la casa de Juan y María, una pareja de taquileños que abren las puertas de su casa a los visitantes para mostrar cómo viven y prepararles una huatia (ritual sagrado parecido a la pachamanca). Por último deleitan a los viajeros invitándoles una sopa de quinua.

RELAX EN LA ALTURA
Claro que si es de esos viajeros relajados que prefiere la idea de disfrutar de este paraíso andino desde las instalaciones del hotel también puede hacerlo en el Titilaka, ya que los paquetes incluyen desde gastronomía, bebidas, vinos y entretenimiento.

El Titilaka ofrece a sus huéspedes conexión inalámbrica a Internet en todos los cuartos, dos computadoras portátiles, así como juegos de mesa.

Además, no se pierda el amanecer o atardecer en primera fila desde su habitación (uno u otro dependiendo de qué lado esté) y mejor aun si es dándose un baño en la tina.

Si le llaman la atención los planes diferentes, únase a la fogata que se realiza en una pequeña isla enfrente del hotel para ver la puesta de sol y degustar unos piqueos.

Asimismo, aproveche otros servicios puestos a disposición de los huéspedes del Titilaka como paseos en kayak, velero o bote de remo. Si se anima por la tercera alternativa, pida dar una vuelta por los totorales con el fin de ver especies de aves oriundas como el patillo de los Andes.

MINIENTREVISTA
Confort y aventura
¿Cómo así crean en Titilaka un programa dirigido para peruanos?

Aprovechando la creciente economía interna, queremos dar la oportunidad de conocer uno de los mejores destinos del mundo con calidad de servicio a tarifas promocionales accesibles.

¿Bajo qué criterios arman el itinerario?

Nuestro principal objetivo es brindarle al viajero una experiencia completa y única que incluye servicios de calidad con excursiones a los principales puntos de interés de la zona, ofreciéndole una excelente gastronomía con insumos locales y actividades únicas al aire libre.

¿Qué los diferencia de otras propuestas?
Nos encontramos en un lugar privilegiado, a 40 minutos de Puno en auto, pero alejados de otros centros turísticos. El pasajero puede ingresar al hotel por tierra o bote, ya que contamos con muelle propio. Tenemos un moderno sistema de calefacción de pisos radiantes y todas las habitaciones con vista al lago. Los programas son flexibles y ofrecen un servicio personalizado.

¿Cuál es el perfil del turista?
Nuestros huéspedes buscan confort, buena gastronomía y aventura. Además se les da la oportunidad de participar en los programas de desarrollo con las comunidades locales, que se interesen por los orígenes de la cultura incaica y disfruten del entorno.
MARÍA ISABEL SCHEUCH. VOCERA DEL TITILAKA

ALLÁ VAMOS

La noche por persona (para peruanos y residentes) en el Titilaka cuesta US$170. Si busca más información o desea reservar, llame al 700-5100 anexo 106 o visite la página web: www.titilaka.com

La forma más rápida de llegar a Puno es a través de los vuelos diarios que ofrece LAN con destino a Juliaca. De ida hace escala en Arequipa mientras que el regreso sí es directo.

En la altura la digestión es más lenta, por lo que al menos el primer día es aconsejable comer sano y poco condimentado.

Si usted es de los que sufre males de altura, le recomendamos llevar consigo un botiquín con analgésicos a manera de contrarrestar fuertes dolores de cabeza u otros malestares.