El presidente de la Cámara Regional de Turismo de Cusco, Boris Gómez, destacó hoy que la celebración del Inti Raymi ha sido un éxito y que sus pobladores han dado muestra de respeto y aprecio a sus festividades tradicionales.
“Todas las actividades se desarrollaron con normalidad. Ha sido una celebración, tanto para los turistas como para los cusqueños”, manifestó a la agencia Andina.
Recordó que anualmente participan en las celebraciones unos 30 mil pobladores y tres mil 500 extranjeros, y que si bien en esta ocasión hubo algunas cancelaciones por las protestas en la provincia de Canchis, sí se notó el movimiento de visitantes.
Gómez saludó la actitud asumida por la gente de la Ciudad Imperial, que no respaldó a los manifestantes que llegaron desde Canchis en una movilización y amenazaron con poner en peligro el Inti Raymi.
“El Inti Raymi es nuestra fiesta tradicional, uno de los eventos sociales más importantes, y hoy ha sido muestra de hermandad y conjunción. La fiesta ha sido absolutamente multitudinaria.”
Sostuvo que las acciones de violencia en Cusco no se traducen necesariamente en pérdidas económicas, sino en un tema de imagen frente a casos de turistas perjudicados.
La explanada del templo y fortaleza de Sacsayhuaman fue, una vez más, el escenario de la ceremonia central o evento principal de la escenificación del Inti Raymi o Fiesta del Sol de los Incas.
Al promediar las 14:00 horas, el Inca emperador, acompañado de su séquito se hizo presente en la muralla principal de este imponente sitio arqueológico.
Desde ahí, el monarca, interpretado por Alfredo Inca-Roca Concha, descendiente de la nobleza incaica, presenció la llegada de las delegaciones de los cuatro suyos o regiones en las que se dividía el estado inca, que representan los puntos cardinales (Chinchaysuyo para el norte, Contisuyo para el oeste, Antisuyo para el este y Collasuyo para el sur).
Posteriormente, el Inca fue llevado en su litera hasta el altar central donde presidió los ritos de veneración en honor al sol, junto al Willac Huma o sumo sacerdote del culto solar y a los principales miembros de su corte.
La ceremonia central se inició con el informe y entrega de ofrendas por parte de los representantes de los cuatro suyos, luego se realizó el rito de la chicha, bebida inca a base de jora de maíz, que consistió en el saludo o brindis con el sol y los apus, montañas sagradas de la zona.
Terminada esta parte, se llevó a cabo el rito del fuego sagrado, que consiste en encender hogueras con el fuego sagrado, luego se realizó el sacrificio de un auquénido o llama y la adivinación de augurios.
Finalmente, se efectúo el último mensaje del Inca y el rito del Sankhu, comestible preparado a base de maíz blanco que fue compartido entre los miembros de la corte incaica y los nobles de las 4 regiones del imperio.
La escenificación de la Fiesta del Sol fue reinstaurada en el año de 1944, luego de más de 300 años de haber sido prohibida por la denominada extirpación de idolatrías, con la finalidad de revalorar la cultura incaica y crear identidad en la población cusqueña.
La gesta de reinstauración del Inti Raymi fue realizada por el Instituto Americano de Arte IAA, entidad cultural más antigua y tradicional de la ciudad de Cusco, a petición de uno de sus socios, Humberto Vidal Hunda, bajo la presidencia del fallecido y recordado patricio intelectual cusqueño, Luis Felipe Paredes.