La fiesta de San Juan Bautista simboliza la purificación del agua y el júbilo por los dones de la naturaleza. Son días de reflexión, pero también de jolgorio y alborozo que inspiran sentimientos de hermandad y de unión entre los hijos de la selva.
Por ello, todas las ciudades, pueblos y caseríos de la Amazonía se visten de alegría el 23 y 24 de junio para honrar al santo que según cuentan las leyendas fue elegido por el propio Dios como Patrón de la Amazonía.
RESEÑA HISTÓRICA
La fiesta de San Juan Bautista simboliza la purificación del agua y el júbilo por los dones de la naturaleza. Son días de reflexión, pero también de jolgorio y alborozo que inspiran sentimientos de hermandad y de unión entre los hijos de la selva.
Por ello, todas las ciudades, pueblos y caseríos de la Amazonía se visten de alegría el 23 y 24 de junio para honrar al santo que según cuentan las leyendas fue elegido por el propio Dios como Patrón de la Amazonía.
La leyenda
Hace varios años, un miembro de una tribu amazónica se internó en el bosque a mitayear (cazar). Ya lejos de su llacta (pueblo), escuchó un silbido agudo de ave. Parecía un paujil. Trató se encontrarlo sin éxito, hasta que el silbido se convirtió en un vocablo y luego en su nombre. Fue ahí cuando distinguió la figura de un santo entre las ramas de un árbol. Regresó corriendo a su pueblo para proclamar el milagro.
Por la noche, soñó con la figura, era San Juan Bautista. El Santo dijo que Dios lo nombró Patrón de toda la región y, como tal, debía ser venerado en una iglesia. El pedido fue acatado por el pueblo: se levantó una iglesia y hubo festejos en su nombre. Como recompensa, San Juan se aparecía en los lugares propicios para sembrar durante la mejor época del año.
Detrás de la leyenda
Debido a que la fiesta religiosa de San Juan coincide con el Intiraymi (Fiesta del Sol), se convirtió en una celebración popular alimentada por elementos y rituales prehispánicos: el sincretismo de la selva.
En la noche del 23 de junio comienzan los preparativos. Dicen que suele soplar un vientecillo frío o «inviernito de San Juan». Así, los festejos empiezan en las cocinas. En todas las casas se prepara el juane, una especie de tamal de arroz con condimentos regionales, que se envuelve en hojas de bijao, una planta especial de la selva. Hay para todos los gustos: de yuca, de chonta, de gallina, de chancho y el avispa-juane, que por ser deshojado, parece un nido de avispas.
Hacia la medianoche, se encienden hogueras denominadas shuntos en las calles principales. Sus largas lenguas de fuego, según las creencias de la zona, sirven para hacer perdurable el amor y la felicidad en el matrimonio y el hogar. Por ello, la víspera de San Juan es propicia para vaticinar el futuro. Se rompe un huevo fresco sobre un vaso con agua y de acuerdo con las formas de la clara y la yema se vaticina todas las suertes.
En la mañana del día 24, los hijos de la Amazonía se dirigen a los ríos, pozas, baños termales o cascadas cercanas para darse un baño purificador… Las aguas están benditas, porque San Juan las bautizó, como a Cristo en el cauce del río Jordán. Más tarde, la fiesta llega a su apogeo. En la ciudad de Iquitos todos se dirigen hacia la comunidad campesina de San Juan para disfrutar de los deliciosos Juanes acompañado de la Chicha de Jora. En la plaza principal de San Juan se puede observar un hermoso espectáculo de danzas típicas de la Amazonía a cargo de diversos grupos de la región. La familia puede disfrutar de los juegos de tómbola, mecánicos y otros.
La fiesta parece no tener fin y en algunos lugares dura hasta el 25 de junio. Le llaman el San Juan Chico. Pero dejando a un lado las denominaciones, lo importante es continuar los festejos en honor del Santo Patrón, es decir, mantener nuestra tradición e identidad.
Para ver todas las actividades a desarrollarse por la fiesta de San Juan, ingresa a: www.turismoperu.info/sanjuan2009