Danzantes de tijeras harán gala, una vez más, de su destreza corporal y manejo del sonido del metal durante la tradicional danza mayor o Atipanacuy (contrapunteo) que se realiza hoy para adorar al Niño Manuelito, personaje central de la Navidad.
Juan Rojas de la Cruz, encargado de la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur) de Huancavelica, informó a la agencia Andina que en esta oportunidad grupos de danzas de cuatro barrios huancavelicanos concursan por el cetro del mejor conjunto de danzas de tijeras.
La competencia se realiza en el atrio de la iglesia de San Francisco. Allí, además del duro concurso, los danzantes escenifican la adoración al Niño Lachocc (Niño Jesús) y a la Virgen de la Navidad.
Explicó que los festejos con los danzantes de tijera empezaron el último lunes cuando se eligió a la persona que dirigirá a la pandilla de bailarines.
En tanto, el martes se realizó el primer pasacalle por toda la ciudad y por la tarde se trasladaron hacia el campo para recolectar algunos elementos como flores andinas a fin de empezar a preparar el pesebre donde reposará el Niño Manuelito.
Para la competencia del Atipanacuy de hoy se espera la concurrencia de gran cantidad de personas, pues se desarrollan acciones por los danzantes en calidad de concursos como la «limpia cancha», la cual consiste en una prueba de cuerpo, magia y sangre.
«Aquí lo más pedido por el público concurrente es el zapateo de las mujeres y niños al compás de la tonada especial del arpa y el violín», indicó.
Rojas de la Cruz resaltó que durante la festividad es infaltable la preparación de platos emblemáticos como el mondongo al estilo huancavelicano, así como la chicha de ccora (planta nativa).
La danza de las tijeras es una expresión cultural del ancestral culto a los apus o wamanis que los habitantes de Ayacucho, Huancavelica, Apurímac y parte de Arequipa practican hasta la actualidad.
Según las zonas varía la vestimenta, coreografía y la música. En cuanto al traje las variantes se dan en algunos elementos, pero coinciden en el colorido y lo recargado de los adornos bordados, flecos y espejos. El danzante usa tres trajes.
Una pieza primordial de la danza son las tijeras hechas de acero y afinadas en las aguas de los manantiales. Éstas son consideradas objetos mágicos que recuerdan el sonido de las caídas del agua.
Los pasos y movimientos coreográficos de la danza se relacionan con las actividades del ciclo productivo agrícola.