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Conozca los exquisitos sabores de Huanchaco

En este balneario trujillano se hallan locales donde sobra el buen sabor. El cangrejo reventado y las coloridas causas son los platos predilectos.

Al mejor cebichero de Huanchaco no le cae Gastón Acurio. Wilmer Enrique Verna Segura cree que el famoso chef tiene un discurso nada suculento. Lo respeta, pero para su opinión culinaria, el cocinero más famoso del país no tiene buena sazón.

Por eso, cuenta este hombre de mar y descendiente de los mochicas que, cuando le avisaron que Acurio visitaba lugares en Huanchaco, él dijo que no lo dejaría entrar al suyo. Lo llamaron loco, pero no le afectó: tiene más de 20 años de experiencia al frente del restaurante Pisagua, vendiendo el que para muchos es el mejor cebiche de este balneario trujillano.

Cuenta que su receta es simple: pescado fresco (reniega porque ahora lo deben traer de Ecuador), cebolla, limón y ají mocherito. “El ají limo es bueno, pero no el mejor”, dice y arruga la cara mientras mueve la cabeza de un lado a otro. Listo, nada más.

Pero esa no es la única manera de hacer este plato. A unos cuantos pasos de Wilmer Verna está Ketty Salinas, una huanchaqueña que hace siete años decidió invertir en su tierra y abrió El Kero. En este local, que goza de una vista impresionante, se preparan potajes dignos de enmarcarse. Los más reverenciados son el cangrejo reventado y la causa con cebiche y langostinos salteados en pisco mosto verde. Una locura de sabores que, literalmente, hará que el comensal se chupe los dedos. Imperdible.

DULCE FRESCOR
Frente a El Kero, una decena de carretillas también contribuyen con lo suyo a la oferta culinaria, refrescando al comensal.

Es la primera vez que Ambrosio viene a la playa en sus 12 años de vida, pero ya es la segunda que come raspadilla. Este postre helado le gusta mucho y por S/.1 es la mejor opción. La casera, que se desvive para decir que ella prepara todo con la limpieza que sus clientes se merecen, le ofrece sabores y él elige fresa, mango y piña. La expresión de su rostro es otra después del primer sorbo. Se va caminando por ese malecón adornado de caballitos de totora, cuerpos entregados a los rayos del sol y al menos sesenta puestos de raspadillas.

En el camino se cruza con gente que sale de comer de los más de cien restaurantes del pueblo. Uno mejor que otro, pero todos en su mayoría de buena calidad. Un punto clave para terminar la ruta gastronómica por Huanchaco —y lo dicen y hacen todos— es el patio de comidas a la entrada del balneario.

Deliciosos picarones con higo incluido se venden por S/.2, que producen una sonrisa enorme en el comensal que se despide al caer la tarde con la panza llena, el corazón contento y el alma endulzada.

MÁS DATOS
Los restaurantes que se recomienda visitar en Huanchaco son: El Mochocho (los mejores lenguados y chitas del balneario), El Kero, Pisagua (pregunte por el mococho —alga— guisado), Las Totoritas (la causa en lapa y la chicha de jora son insuperables), Los Herrajes, Huanchaco Beach, Lucho del Mar.

Los platos que se pueden encontrar en estos locales ubicados en la avenida Víctor Larco (malecón) y en la calle Bolognesi cuestan entre S/.10 y S/.35.
Un taxi desde la Plaza de Armas a Huanchaco le puede cobrar entre S/.10 y S/.15.

Por Renzo Guerrero De Luna – El Comercio