El nombre del sitio arqueológico proviene del ave llamada bandurria, ya que antes de 1973 la zona era conocida como Pampa de las Bandurrias. Lo realmente paradójico es que en la actualidad esta ave ha desaparecido de la zona.
Muchas personas creen que Lima es sinónimo de contaminación, desorden, calles llenas de combis, y muchos adjetivos más que muchas veces son ciertos por la dejadez de nuestras autoridades, pero si levantamos la mirada nos daremos cuenta que Lima no solo es la ciudad pues sin ir muy lejos podemos encontrar destinos maravillosos que seguramente aun no conoces o quieres conocer.
Uno de estos destinos es Huacho, una locación que en los últimos años ha sabido llamar la atención de muchos visitantes, tanto por sus noches de full diversión – en la que destaca la calidad de sus músicos se las recomiendo -, como sus playas que en verano son muy concurridas por muchos visitantes de de la costa. Pero Huacho tiene algo más, una joya que está tratando de vencer al tiempo y el olvido, estamos hablando del complejo arqueológico de Bandurria.
Bandurria ubicada a diez kilómetros de Huacho es uno de los misterios de la arqueología peruana pues aun es motivo de estudios, tiene más de 5 mil años de antigüedad y el espacio donde se edificó la ciudad presenta un centro urbano y otro lleno de monumentos.
Con todas las ganas de conocer este complejo arqueológico nos enrumbamos camino a Huacho. La ruta es sumamente sencilla, podemos embarcarnos en un bus desde la plaza de Acho o simplemente encontrarlo a la salida de Lima en la Panamericana Norte, exactamente en Fiori, las salidas son diarias y en todo momento. El trayecto se hace largo solo para salir del terrible tráfico de Lima, son alrededor de tres horas de viaje. Partimos a las 6.30 de la mañana y para las 9.30 estamos llegando al kilómetro 141 de la Panamericana Norte donde un cartel nos indica la entrada al complejo arqueológico.
Por un camino de trocha avanzamos un kilómetro y medio llegando a la caseta de ingreso comenzamos a divisar las antiguas edificaciones que nos relatan en silencio un legado impresionante que nos hace sentir que somos parte de una tierra privilegiada, por algo muchas culturas se instalaron en este país.
Lo primero que vemos es una pirámide que presenta una plaza circular de 15 metros de diámetro que se une con la construcción principal por medio de una escalera. Se encontró en este sitio abundantes restos de fibra de algodón utilizada para la confección de tela y redes de totora empleados en la producción de canastas para el traslado de materiales de construcción, pescados, moluscos y otros productos comestibles. Se cree que Bandurria habría sido uno de los principales abastecedores de productos del mar para la alimentación de los pobladores de Caral.
En la parte sur, Bandurria muestra un sector doméstico, donde se encontraron evidencias de viviendas, basurales y un cementerio. En esta zona se recuperaron cinco entierros, dos adultos y tres de niños. Cuando los restos fueron hallados se encontraban flexionados y envueltos en telas de algodón y estera, cubiertos con grandes piedras.
Impresionante al escuchar los relatos del guía que nos dice que posiblemente Bandurria tenga más antigüedad que el mismo Caral, la ciudad más antigua de América.
Es momento de retornar pero no sin antes pasar por Huacho y degustar una buena salchicha, el recorrido fue impresionante te lo recomendamos y te aseguramos que estar en un lugar con tanta historia realmente te hace pensar de donde venimos y hacia donde vamos.
Datos:
Como llegar: La ruta es sencilla, en los buses interprovinciales que van de Lima a Huacho con un costo que va entre los 6 a 8 soles. El viaje promedia un tiempo de tres horas.
Clima: Agradable clima costeño, húmedo pero sin presentar calor abrasador o un fuerte frió.
Servicios: El complejo arqueológico tiene baños químicos, pequeñas tiendas donde se puede comprar algunos alimentos o souvenirs. Si quieres estar bien preparado puedes abastecerte en Huacho a unos 15 minutos de Bandurria. Es importante conservar el complejo, no arrojes basura ni desperdicios e infórmate siempre con el guía de turno.