Para gran parte de las personas que viven en sociedad, sobre todo dentro de ciudades grandes, evitar el cansancio mental es uno de los principales objetivos a alcanzar a toda costa. Todos sabemos que esto se logra manteniendo un ambiente laboral positivo y tranquilo, eligiendo los alimentos del día a día que sean sanos y nutritivos y, más que nada, teniendo un descanso largo, cómodo en una cama de calidad.
Cumplir con nuestros momentos de descanso es esencial para tener una vida sana en ambos sentidos, tanto mental como físico. Nuestro cerebro es el que más se beneficia de un buen sueño y este es quien se inspira en darnos fortaleza para enfrentar problemas, disfrutar momentos únicos y pasar nuestras jornadas laborales o académicas de la manera más eficiente y creativa posible.
Hablamos de tener almohadas ergonómicas, sábanas y frazadas abrigadas y un colchón que se ajuste a nuestras necesidades más importantes (de acuerdo a nuestra edad, estado de salud y otras especificaciones). Muchas personas a veces se toman muy a la ligera el setup de sus camas, lo que podría ser un error que determine cómo irán sus días de la semana. ¡Prestemos más atención a nuestras habitaciones!
En esta ocasión puntual queremos compartir un poco de conocimiento sobre las almohadas más convenientes para el descanso de nuestra cabeza y cuello, a diferencia de los usuales cojines grandes que mucha gente utiliza de forma equivocada en su cama. A continuación veremos por qué es mejor, según el caso, utilizar cierta clase de almohadas antes que otras. Pero, ¿por qué son tan esenciales?
La importancia de las almohadas
Las almohadas son las que determinan tanto un descanso apropiado como la manera en la que nos levantaremos a la mañana siguiente de habernos acostado. Si de forma corriente alguien se levanta con el cuello un poco adolorido o duro quiere decir que, simplemente, no está escogiendo la almohada conveniente para él o ella. Escoger una buena almohada implica evitar incomodidades y lesiones futuras.
En este sentido, las almohadas no pueden elegirse como si fueran cojines largos para cama, sino que deben pensarse de acuerdo a nuestras necesidades médicas e incluso por mera sensación de comodidad y efecto posterior al descanso. Una “mala” almohada puede dañar nuestra nuca, estirar nuestro cuello y hasta provocar problemas de salud como la hipertensión. ¡Así de importante es esta pieza!
Para pensar en aspectos un tanto más decorativos podemos tener en cuenta el estilo de nuestros cubrecamas o las pieceras de cama modernas. Las almohadas deben tenerse en consideración estrictamente por sus efectos favorables para nuestro estado de salud físico y confort. Por esta razón, es el momento de hablar sobre las almohadas de forma seria, ¡vamos a entrar en los detalles de las más importantes para nosotros!
¿Cómo elegir la almohada perfecta?
Vamos a lo obvio, antes que nada. Muchos admiten dormir sin el uso de almohadas y esto es un grave error. Las almohadas de plumas o de otros tipos de relleno ayudan a sostener nuestro cuello y columna vertebral, algo esencial para las varias horas de sueño en la que nos encontramos estáticos, sobre todo para aquellos que alcanzan a dormir las ocho horas que se recomiendan. ¡El relleno es todo lo que importa de cualquier almohada!
Lo básico es nunca utilizar cojines de sillones, ropa o cualquier otra locura que a muchos se les ocurre con tal de no comprar una almohada. Adquirir una de estas es una inversión en salud, ¡a no olvidarnos de eso!
En principio, nuestra almohada debería permitir que la posición de nuestras vértebras dorsales y cervicales se encuentren alineadas con nuestros pies, como si nos encontráramos parados. Por este motivo básico es por lo que no se recomiendan pedir almohadas personalizadas, dado que en muchas ocasiones no se piensa de manera ergonómica a la hora de pedirlas. Entonces, ¿qué clase de almohadas existen?
? Relleno de espuma
De acuerdo a su relleno, por lo general tenemos dos tipos: las que están rellenas con plumas y otras con relleno de espuma. A su vez, existen dos tipos de espuma, aquella que es rígida y que no cambia de forma y otra llamada “memory foam”, es decir, espuma “de memoria”. Esto quiere decir que la última clase de espuma se ajusta más a nuestro cuello y la posición que tomamos en la cama usualmente.
Naturalmente, las almohadas con relleno de espuma común y las que llevan plumas son las más económicas del mercado y, en general, son mejores para los niños que para los adultos. Las personas mayores deberían utilizar diseños más ajustados a un cuerpo más grande y que requiere mayor sostén dependiendo mucho del peso que se tenga. Usualmente, las personas de mayor peso requieren almohadas más resistentes.
A diferencia de las plumas, el relleno de espuma es mucho más firme y recomendado para personas mayores, dado que las almohadas de plumas son demasiado débiles para contener la cabeza de ellos, algo que podría dañar vértebras a largo plazo. Esto se aplica sobre todo en el caso de la espuma viscoelástica, la cual es más fresca para tiempos de calor gracias a su capacidad de transpirabilidad, firme para cualquier peso y envolventes.
? Relleno de látex
Lo mismo ocurre con las almohadas de látex, que pueden ser incluso más económicas que las memory foam. Se ajustan a nuestro peso y forma de cráneo, sostienen nuestra columna y son realmente cómodas. Sigue siendo una almohada de alta firmeza y, por lo tanto, favorable a la ergonomía.
Se trata de una almohada que lleva un exterior de microfibra 100% de poliéster transpirable capaz de eliminar tensiones a fin de que cualquier usuario pueda descansar como debe. ¡Cualquier adulto que pueda acceder a una de ellas no debería perdérselas!
¡Este es el momento de elegir la almohada que mejor se ajuste a nuestras necesidades y comodidad! Una vez escogidas, podremos embellecerlas como queramos, tal y como con las pieceras, para tener una cama más bonita y, por sobre todo, saludable!