Saltar al contenido

Churín, aguas calientes e iglesias de colores

Nos dirigimos a Sayán. Un tramo de unos 70 kilómetros donde abundan las haciendas agrícolas y los campos de caña de azúcar y frutales rodeados de altos cerros blancos.

Los avisos de prohibido meter fruta fresca abundan en la carretera hasta el control de SENASA en El Ahorcado, en el kilómetro 20. En Andahuasi, unos 22 kilómetros después, las trancas impiden el acceso, sin previa identificación, a las calles del pueblo.

Los guardianes que las vigilan nos comentan que es por el eterno conflicto entre los propietarios de la azucarera de la localidad. Después de recorrer su plaza y ver el largo monolito con la escultura de Velasco Alvarado, optamos por irnos a Sayán, disfrutar de su oferta de dulces de leche y alfajores, y sus platos a base de cuy, conejo, cabrito y camarón.

CAMINOS Y MONTAÑAS

Satisfechos nos dirigimos hacia Churín, recorriendo esa parte media de nuestro viaje en la que los cactus y los molles junto al río son casi las únicas muestras de vegetación que encontramos en el camino. Vamos entrando al circuito peruano de aguas termales, más grande, más visitado y, además, de mejor calidad.

Las aguas de los baños de Churín son de todas las tonalidades, según la cantidad que tengan de hierro, azufre, magnesio, litio o cobalto, y así con toda la carta periódica de los elementos que llegan hasta los 35º y 70º centígrados y que, según los lugareños, curan cálculos renales, asma, quistes, próstata, huesos y hasta la locura. A ellos llega gran afluencia de visitantes buscando salud y los dulces derivados de leche que se ofrecen en muchos puestos del centro de Churín.

HORROR AL VACÍO
Dejamos la tierra de los baños para ir a la parte de sierra del viaje y conocer sus iglesias doctrinarias llenas de pinturas murales.

Estas iglesias se remontan al siglo XVII en el contexto de la extirpación de las idolatrías en el que los murales de escenas bíblicas, infernales o costumbristas cumplían una función pedagógico-religiosa entre la población indígena local.

En toda la provincia de Oyón, a la que pertenece Churín, hay casi 20 iglesias doctrinarias que suelen estar cerradas, por lo que tenemos que buscar al ecónomo y solicitarle la llave para poder visitarlas.

El templo que sobresale por encima de todos es el de Rapaz. En sus muros y techos no queda espacio que no esté escrito y adornado con colores ocres, azules o amarillos que forman sirenas, danzantes, demonios y apóstoles. Por su importancia, integra la lista de los 100 monumentos que el World Monument Watch considera urgente conservar.

A casi 4 mil metros de altura y con muy pocos servicios para el viajero, en Rapaz, también se conserva el quipu más largo del Perú, protegido en una pequeña casa de piedra inca.

Llegamos a la parte final del viaje. Subimos por el tramo de más altura del mismo, atravesando abras, bosques de queñuales y lagunas de una cadena montañosa que va casi paralela a la cordillera Raura, hasta llegar a Oyón, el pueblo más grande y que da nombre a toda la provincia. Desde él, nos conectamos a la carretera principal, que será una alternativa a la Central. Regresamos a Lima, después de una escala en Churín para bañarnos contra la locura que nos espera en la gran ciudad.

Allá vamos
Cómo llegar: Para un viaje de 3 días y 2 noches hay dos formas de acceso: desde la intersección de Río Seco (km 103 de la Panamericana Norte) y desde Huaura (desde el km 154), que nos lleva a Sayán en unos 50 km.

Cuándo ir: La mejor época para visitar estos poblados es de abril a julio. La temporada de lluvias es de enero a marzo.

Distancias desde Sayán: Sayán a Churín: 57 km.
Churín a Andajes: 22 km.
Churín a Chiuchín: 18 km.
Chuichín a Picoy: 28 km
Picoy a Huancahuasi: 4 km.
Huancahuasi a Rapaz: 12 km.
Rapaz a Oyón: 35 km.
Oyón a Churín: 25 km.

Compañías de buses: Estrella Polar. (01) 426-5490. Transportes Espadín. (01) 237-3007. Turismo Armonía. 98757-4579.

Hospedajes en Churín: Hotel Internacional. Larco Herrera 410. (01)237-3015. Hotel Amazonas. Larco Herrera 110. (01) 237-3028.

Restaurantes: La Casita del Alfajor. Larco Herrera 333. Chalaquito. Pasaje San Martín s/n. La Cabañita. Mariscal Castilla 177.

Por: Maneiro Labayen – Vamos!