No hay necesidad siquiera de tirarse la pera el viernes para hacer una ruta muy interesante en las cercanías de Lima.
Tampoco es indispensable tener auto propio pues el circuito del Valle Medio del Lurín también está unido a Lima por transporte público constante y fluido.
Recorrer el circuito que proponemos no exige un presupuesto jugoso ni mucho menos.
Cerca, bonito y barato: perfecto viaje de fin de semana corriente, aunque pueda también extenderse por varios, muchos días, si el viajero se lanza con todo al valle del río Lurín.
Huarochirí es una extensa provincia que pertenece al departamento de Lima. Está cruzada por las cuencas de los ríos Rímac, Mala, Santa Eulalia y Lurín. La caprichosa historia peruana ha determinado que Huarochirí resulte imposibilitada de ser unida por una
misma carretera, pues ello demandaría diseños viales enrevesados y costosísimos. Haciendo de la necesidad una virtud, la consecuencia más grata de ello es que Huarochirí nos da para hacer muchas rutas distintas y nuevas.
Una de ellas, por el valle medio del Lurín. Nuestra primera parada es todavía en la provincia de Lima y se llama Huaycán.
Ichma e Inca
Huaycán es un cerro, una gran urbanización autogestionaria del gremio magisterial, y un conjunto arqueológico correspondiente a la cultura Ichma, con ocupación inca posterior. Ichma pertenece al Intermedio Tardío (1.100 a 1.400 dC) y su nombre significa «rojo»,
por el color de su cerámica y de los pigmentos que sus hombres aplicaron en los muros de sus construcciones.
Yendo por la carretera que nos lleva a Cieneguilla, al borde mismo se levanta este complejo diseñado por los ichma como un laberinto. Son absolutamente sorprendentes los
frisos con altorrelieves que se muestran en ciertos muros, con formas repetidas de la Luna y de ciertos iconos de carácter simbólico que fueron respetados por los incas.
Por su parte, la arquitectura inca sobrepuesta contiene elementos de alta calidad como son las ventanas y urnas trapezoidales y las portadas alineadas. Muy interesante Huaycán
pero muy frágil: no tiene vigilancia y está por tanto expuesto a toda suerte de peruvianas salvajadas.
Unión de Santuarios
En el óvalo de Cieneguilla tomamos la vía de la izquierda, para seguir en paralelo al río Lurín. Los restaurantes campestres de Cieneguilla se abren a los dos lados, como piezas carnosas de parrillada. De pronto, un tejedor de canastones de pan nos indica que
estamos cerca de Chontay, el poblado más tranquilo de la Tierra. Solo para sentir su paz nos detenemos en la plaza y luego caminamos hasta una gran roca donde un petroglifo reproduce al Sol en dos figuras idénticas.
Mientras tanto, un buen guía nos va explicando que este valle fue para los incas de gran importancia porque unía, destinos mediante la red del Capaq Ñan, Jauja,
el Pariacaca y Pachacamac, tres reponderantes centros religiosos entre los antiguos peruanos. Y en efecto, en la cadena de cerros de nuestra izquierda el camino inca surge trazado la perfección. Cambiamos de planes, decidimos caminarlo por un par de horas, para ejercitar las piernas y observar de cerca la calidad del trabajo de las escaleras y de los rellenos en las pendientes.
Buena Mano
Nieve Nieve se llama un antiguo poblado que también está en la ruta; el nombre viene de cuando en la Colonia los arrieros paraban allí a descansar en su tarea de bajar hielo de los nevados, en tiempos en que éste se producía a 4.500 msnm.
Nieve Nieve es pequeño y resultaría imperceptible si no fuera porque las fachadas de sus casas, de la capilla y el restaurante, lucen pintadas con motivos vegetales de muy buena
mano. Buscando, encontramos. Víctor Varvarande es un limeño de origen francés que se decidió a vivir en Nieve compartiendo casa con un amigo llamado Martín Sevilla. Entre
ambos surgió la idea de replantear la imagen del pueblito mediante una decoración mural muy fina y atractiva que le diera identidad.
Poco a poco los vecinos fueron entrando al tema y hoy vemos el resultado ya no solamente en las fachadas sino en una hermosa placita de piedra donde provoca encontrar un
café con mesas al aire libre para degustar pasteles de manzana y de membrillo, los dos frutos básicos de esta parte del valle. Estando aquí, es obligado caminar hasta el conjunto inca de Avillay, de preferencia en compañía de Varvarande, un gran conocedor.
Colores para Antioquía
Más adelante está Antioquía, también famoso por sus paredes pintadas. El distrito de Antioquía tiene unos 1.200 habitantes que también se dedican a la manzana y el membrillo. La mitad de esta población se encuentra en pobreza. Una entidad que trabaja desde hace varios años por allí, llamada CIED, diseñó un proyecto en el año 2004 para
convertir a Antioquía en un destino para viajeros limeños de fin de semana.
Así, se capacitó a gente local en servicios de alimentación, hospedaje y guiado y se adaptaron viviendas como casas habitación.
Pero faltaba un elemento que diferenciara a Antioquía, y allí surgió la idea de decorar las fachadas de las casas y edificios públicos. Ganó el concurso respectivo el peruano Enrique
Bustamante, con cuatro diseños que fueron ofrecidos a los pobladores para
que ellos escogieran el que más les gustara.
Inicialmente se pintó la escuela, luego el templo, después el local comunal.
Hoy son ciento veinte las fachadas que lucen flores, astros, ángeles y palomas, muchas palomas porque la comunidad en realidad se llama Espíritu Santo de Antioquía.
Bueno pues, a recorrer el valle medio del río Lurín y a terminar el viajecito con una mazamorra de calabaza al pie de una paloma pintada en la fachada de la señora Guilba.
Info Viajera
Es muy recomendable hacer esta ruta con alguien que la conozca, pues de otro modo
perderemos tiempo y oportunidades de llegar a lugares interesantes. Jean Paul Benalcázar
tiene una excelente empresa llamada Dimensiones Perú, especializada en el departamento
de Lima:
www.dimensionesperu.com
En Nieve Nieve se ha afincado un grupo de nómades de varios lugares del mundo, dedicados a difundir una interpretación de la biblia bastante sugerente. Son los Beuhlah, inconfundibles por sus tocados tejidos en hojas de palma.
Tienen un interesante mensaje sobre el reciclado.
Muy cerca de Antioquía está Conchahuayco, otro pueblo muy tranquilo, que cuenta con una bella iglesia del siglo XVII. Hay que visitarlo.
El proyecto de Antioquía se llama Colores para Antioquía, y está siendo ejecutado por la
comunidad, el CIED y el gobierno municipal. Cuenta con la colaboración de una red de artistas plásticos jóvenes que han donado obras para generar fondos a favor
del nuevo posicionamiento del pueblo.
Por Rafo León
TIEMPO DE VIAJE (Plus tv)
Lunes y jueves, 11:30 – Miércoles, 21:30 – Sábados, 15:30, 20:00 – Domingos, 9:30, 20:00, 23:00
Fotos: José Tejada.