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Canta no es solo Obrajillo

“Canta no es solo Obrajillo”, dice convencido Pablo Villafuerte, curtido guía turístico de la zona. Es que esta provincia limeña es como una caja de Pandora y si uno se atreve a abrir la tapa descubrirá un puñado de increíbles tesoros naturales en su interior. Lo único que debe hacer es emular al popular Leono y atreverse a ver más allá de lo evidente. He aquí un recorrido por Canta, la otra.

Esta localidad se encuentra a 101,5 km de Lima (a unas 3 horas en carro). La ruta más común, partiendo de Lima, es a través de la Panamericana Norte, con dirección a la avenida Universitaria, para luego salir por Carabayllo hacia una carretera que lo llevará al noreste.

CANTA, LA VIUDA
Poderosa y orgullosa, la Cordillera de la Viuda mira desde las alturas. Para gozarla en todo su esplendor puede tomar un tour, que le costará un promedio de S/.25 por persona.

Formada por 14 picos (entre ellos el Alcoy), guarda en sus montañas una singular leyenda.

Pachamama, desesperada porque Pachacámac, el padre de sus hijos (el sol y la luna), la había abandonado, partió en su búsqueda y cayó sin querer en la cueva del vil Wakon (dios del fuego). Luego de tratar en vano de seducirla, este la devoró y los vestidos de la diosa de la tierra pasaron a formar la mítica cordillera. Puede divisar la cadena montañosa desde la laguna de Chu-chún (4.500 m.s.n.m.). Pero esta no es un espejo común y corriente, pues sus aguas atesoran una asombrosa característica.

Y SE LLAMA PERÚ

Desde un punto estratégico (al que llegará luego de caminar un promedio de 30 minutos) se puede ver la forma de la laguna, la cual asemeja de manera casi perfecta el mapa del Perú.

Llegar a la nacionalísima laguna le tomará, en carro, unas 2 horas. En su recorrido puede parar en diversos puntos tales como el Mirador de San Pedro (desde donde tendrá una vista panorámica de todo el valle de Hualgayán), las cataratas de Pomora, la comunidad de Cullhuay, la laguna de las tres compuertas y otros atractivos.

MILAGRO EN FLOR
Ubicado a 24 km de la ciudad de Canta se encuentra Huaros, un pueblito en el que el tiempo parece haberse detenido. Desde esta comunidad puede comenzar el ascenso hacia Jarapampa, el valle en que la puya de Raimondi es la protagonista.

A Jarapampa se llega haciendo trekking o yendo a caballo por una escarpada subida repleta de piedras y algunos precipicios, pero también indescriptibles paisajes. Definitivamente un recorrido no apto para cardíacos. Puede alquilar un caballo en el mismo Huaros a unos S/.25. Después de unas 2 horas de ascenso a lomo de bestia (o unas 3 horas a pie), llegará finalmente al valle de Jarapampa, hogar de un millar de puyas Raimondi. Estas florecen cada 100 años y luego de aproximadamente un año mueren.“Ver esto es un milagro. Muy pocos tienen esta suerte”, exclama extasiado Luis Vento, propietario del conocido hotel canteño Cancay Vento. Desde hace dos meses estas empezaron a florecer. Según los entendidos usted podrá ver este espectáculo natural hasta mediados del próximo año.

Así termina este recorrido por Canta, la que hoy, más que nunca, tiene el gusto de cantarnos toda su canción.