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Año Nuevo Internacional

Sabemos que aún faltan varios días para comenzar a celebrar con fuerza las fiestas navideñas. Sin embargo, por las calles de nuestra ciudad ya se comienza a respirar un aire diferente, ese que nos hace recordar que aquellos feriados con los que terminamos el año ya se encuentran a la vuelta de la esquina. Por ello, decidimos adelantarnos a las fechas y proponerles unas simpáticas travesías que si bien, tal vez no podrá realizarlas en carne propia, igual podrá acompañarnos con su imaginación.

LA MECA DEL MUNDO
Decenas de filmes navideños muestran a Nueva York como set único para sus escenas, y es que durante estas fechas, la ciudad se convierte en la capital de las fiestas. Sus eventos y costumbres son mundialmente conocidos como el “Radio City Christmas Spectacular”, la “Shopping Week” con tiendas espectacularmente decoradas, el encendido del gigantesco Árbol del Rockefeller Center o el fin de año de Times Square.

Y no necesariamente debe pasar el 25 allá, puesto que Manhattan comienza el período navideño antes que muchas ciudades del mundo. Aunque la Navidad se inicia oficialmente con el encendido del Árbol del Rockefeller Center, la decoración navideña de las tiendas están listas para el día de Acción de Gracias. Tras ese día, comienzan las tradicionales compras de Navidad con la famosa “Shopping Week”. Esta semana de las compras, que coincide con el encendido del Árbol del Rockefeller Center, el próximo miércoles, Nueva York se llena de turistas en su mayoría nacionales, motivo por el cual, los precios de los hoteles suben sus precios.

Pasada esto no solo los hoteles recuperan sus precios, sino que las tiendas y centros comerciales preparan sus ofertas y descuentos. Sin duda, la cosmopolita ciudad emana en estas fechas todos los colores que el mundo pueda desear. Eso sí, si está en la gran manzana por las fechas no debe olvidar pasear por las vitrinas de las principales galerías de la Quinta Avenida, es todo un desfile de decoraciones alegóricas a la fecha. Y si está caminando y pasa por debajo de un muérdago se verá obligado a darle un tierno beso a la persona que lo acompañe. Toda una tradición estadounidense.

FESTÍN BRASILEÑO
Hay pocos lugares en esta parte del continente que celebren como en Gramado, ciudad ubicada al norte de Brasil. Callecitas de estilo europeo son adornadas festivamente a lo rojiverde. Inmensos árboles han reemplazado los maceteros en los óvalos de las calles y las fachadas de los comercios cafeterías, restaurantes y demás se visten con las clásicas lucesitas intermitentes.

Sepa que aquí, a partir de mediados de noviembre, hasta mediados de enero, el festival de el “Natal luz” se lleva a cabo y que pone en vilo a la ciudad. Esta es una fiesta de muchos colores, luces, danzas, música y fantasía la cual ha sido declarada Patrimonio Histórico y Cultural de Río Grande do Sul (la región donde está Gramado). Del mismo modo, no debe perderse el Encuentro Brasileño de Santa Claus: una reunión de Santas de todo el país que se encuentra abierto y de forma gratuita en diciembre.

A CRUZAR EL CHARCO
Quizás el frío europeo le pueda parecer no tan buena idea para viajar. Pero se equivoca. Un invierno en una ciudad como París puede resultar complemente inolvidable. Motivos: varios. Uno de ellos: las compras. Las vitrinas de las grandes y pequeñas tiendas lo dejarán boquiabierto con sus variados regalos y ropa, además de hermosa decoración. El recinto obligatorio para acudir: las Galerías Lafayette. Aunque si lo que desea es solo dar un paseo visite los mercados navideños alrededor de París, como los instalados desde La Défense en los Champs-Elysées, lugar que por cierto, se torna en una completa postal de navidad.

Adicional a esto, recuerde que se encuentra en una urbe donde la gastronomía es aplaudida. Reserve en un restaurante de su elección y recree su paladar con ostras frescas o la crema foie gras que se encuentran dentro del menú navideño, además de un delicado salmón ahumado y el ganso, pavo o pollo asado.

DE LUJO

Si hay un lugar donde se refleja con fervor la tradición navideña, esa es la República Checa. Las decoraciones alusivas a las festividades aparecen por todas las ciudades y la gente acude a los conciertos que se ofrecen en las iglesias, palacios o plazas. En este país, la Cortina de Hierro quedó en el olvido. Ahora San Nicolás visita libremente todos los rincones del país y, acompañado de seres celestiales y misteriosos, ofrece a los niños regalos, frutas y golosinas. Uno de los lugares tradicionales para vivir esta fiesta es la plaza de Karlovo Namesti, en Trebic. Allí se enciende el tradicional árbol de Navidad y se cantan villancicos bajo un ambiente mágico y ancestral.

También las visitas a castillos y palacios revelarán el espíritu navideño que viven los checos. Salas adornadas, guías vestidos en trajes de época y bazares de Navidad lo esperan en el castillo de Loket. Los adultos y los niños se divertirán al ver a los artesanos trabajando o a los esgrimistas luchando. El castillo de Krivoklát se convertirá durante dos fines de semana de Adviento (8 y 15 de diciembre) en escenario de un bazar medieval de Navidad en el que tendrán lugar también espectáculos de música y teatro.

Finalmente, pero no menos resaltante, disfrute de la música checa. Los conciertos de órgano con temas navideños pueden escucharse en la Basílica de Santiago de la Ciudad Vieja de Praga. También, en el festival Consonancia en Ostrava, los días 13 y 16 de diciembre, cantantes, danzantes y artesanos presentan al mundo su música popular.

LO ANECDÓTICO
En lugares más lejanos, como la India las costumbres sí se tornan bastante diferentes. Aquí, en la víspera de Navidad los niños de cultura occidental dejan sus zapatos junto a las chimeneas para que sean llenados de regalos. Además, la mañana del 25 también encuentran colgados del tradicional árbol, regalos, dulces y frutas. Si usted pasea por allá, no vale coger lo que no es suyo.

Mientras que si España es su destino final, no olvide de comprarse el gordo de Navidad. ¿Qué es eso? Un boleto para la lotería anual que los días 22 se llevan a cabo en ese país. Y es que esta no es como cualquier otra, ya que su duración es de cinco horas y todo tipo de establecimientos y hogares están pendientes de ella, ya que la suma para el ganador es millonaria y más aun si hablamos de euros. Y es muy especial si aclaramos que esta tradición se festeja desde 1763 y fue instaurada por el rey Carlos III.