Siempre es un buen momento para viajar y escapar de la rutina y, a diferencia de algunos lugares turísticos que solo pueden ser visitados en épocas específicas, la ciudad del Cusco ofrece una gran variedad de atractivos que pueden visitarse durante todo el año. Por ejemplo, existen sorprendentes paisajes naturales que sólo se pueden disfrutar durante la temporada de lluvias que va de noviembre hasta marzo.
Muchas personas creen que durante esta temporada llueve todo el día y todos los días, pero no, lo cierto es que los meses de precipitaciones más fuertes son enero y febrero y, pese a ello, se puede realizar turismo sin problemas. En ese sentido, AIR CAB, servicio de helicópteros operado por ANDES, destaca algunas ventajas de visitar la ciudad del Cusco en temporada de lluvias:
- Clima cálido: El verano en la ciudad del Cusco se da durante la época de lluvias, lo que significa que en esta temporada se puede disfrutar de un cielo despejado y lleno de luz por la mañana, con una posible lluvia en la tarde que, por más que parezca muy fuerte, sólo durará un par de horas para luego volver a despejarse.
- Paisajes embellecidos: las lluvias hacen posible un panorama lleno de hierbas, flores y frutos de estación que sorprende a los turistas por sus colores llamativos y el verde intenso de las montañas.
- Menos turistas: Durante esta época del año baja la demanda de visitantes, lo que facilita el acceso a diversas estructuras históricas y permite registrar fotografías inigualables, ya sea de cerca o desde el aire, a través de un sobrevuelo en helicóptero, el mismo que facilitará una vista panorámica de cada atractivo.
- Variedad gastronómica: En esta temporada se puede encontrar una gran diversidad de frutas y verduras exóticas, como el capulí, pacay, las setas o el nabo, y con ellas se preparan deliciosos platos que sólo se pueden degustar durante la época de lluvias.
Así, uno de los mejores momentos para conocer la Ciudad de los Incas es sin duda la época de lluvias, por ello, para emprender su viaje no olvide incluir en la maleta unos zapatos de trekking o antideslizantes, una casaca impermeable y, lo más importante, bloqueador solar.