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Viaja y descubre las haciendas en Tarma, La Perla de los Andes

Los domingos siempre son de fiesta en Tarma. La música de una banda resonará en algún punto de la provincia ese día. Las campanas de las iglesias llamarán a misa. Los pobladores vestirán sus mejores galas y, si acaso uno se los topa en el camino, saludarán con un amable gesto de cabeza. Y, sin embargo, en la campiña tarmeña el niño que lleva leche fresca o leña en burro sigue haciendo su labor, los animales pastorean y los hombres de campo abren surcos entre lomas multicolores.

No hay nada mejor que alojarse por unos días en una antigua hacienda de la campiña de esta provincia de Junín para experimentar este cuadro bucólico. En Tarma, existen dos construcciones del siglo XVIII que permiten descansar en ambientes que aún conservan su arquitectura rústica y colonial, en medio de un verdadero paisaje campestre.


RECUERDOS DE FAMILIA

Una de ellas es la hacienda Santa María, propiedad de la familia Velarde desde su construcción en 1700. La casona, que aún se erige entre muros de adobe y techos de tejas artesanales, está ubicada en el barrio de Saccsamarca, a 15 minutos de la ciudad, en la vía con dirección al hermoso Valle de las Flores.

En 1990, Delia Velarde, que por entonces vivía y trabajaba en Lima, decidió reconstruir el lugar que había sido afectado por la violencia terrorista de aquellos años y le dio una segunda vida a gran parte del mobiliario de esa hacienda.

Un ambiente, bautizado como Sala de los Recuerdos, es un viaje fascinante por la historia de la familia Velarde. Allí están los sofás, cuadros, adornos, fotos y documentos que se han acumulado a lo largo de cientos de años. No es un museo, es una casa donde uno puede tocar los objetos bajo la orgullosa mirada de sus propietarios.

La hacienda La Florida, ubicada a unos 6 kilómetros de Tarma con dirección a Acobamba, también ofrece al viajero la posibilidad de alojarse en un inmueble con historia. A fines del siglo XVIII, la familia Aveleira, formada por mineros españoles, fue la primera propietaria de esta casona. Con la gesta emancipadora del general José de San Martín, arriba a Tarma el militar argentino Francisco de Paula Otero, quien se casó con una hija de los Aveleira. La Florida también es conocida porque fue el escenario en el que el escritor Julio Ramón Ribeyro se inspiró para escribir “Silvio en el rosedal”.

Actualmente esta hacienda, declarada monumento histórico en 1973, es administrada por José Da-Fieno Gandolfo.

PUNTO DE PARTIDA
Además de buenos recuerdos, ambas haciendas son el punto de partida para diversas excursiones. Por la ruta de Santa María puede partir al Valle de las Flores –donde podrá pasear libremente–, a la ciudad inca de Tarmatambo, a la ciudadela de Chuyac (último refugio de los taramas), al Santuario de Pintish Machay (con pinturas rupestres), hacia la ruta del Valle del Mantaro y la construcción prehispánica de Yanacasha. En el caso de La Florida, puede visitar el Santuario del Señor de Muruhuay, la gruta de Huagapo, el bosque de piedras de Huayllay, San Pedro de Cajas y el valle de Chanchamayo, entre otras rutas.

Mayo es el mes ideal para viajar a Tarma, pues las lluvias han menguado y es posible recorrer a pie algunas de las rutas propuestas. Tenga en cuenta que durante este mes se celebra la fiesta del Señor de Muruhuay, la imagen en roca de Cristo crucificado ubicada a 10 kilómetros de Tarma, que concita la devoción de miles de creyentes.

Cómo llegar a Tarma

Cómo llegar: Para llegar a Tarma desde Huancayo tome la ruta Lomo Largo, que se inicia en Jauja. Desde Lima se ingresa por la Carretera Central hasta La Oroya donde se toma el desvío hacia Tarma. Tiempo aproximado de Lima a Tarma: 6 horas.

Transporte: Desde Huancayo parten automóviles a la ruta Tarma-Huancayo por S/.20. También puede llegar en los buses que se dirigen hacia Jauja.

Hospedaje: Hacienda Santa María: informacion@haciendasantamaria.com 445-1214 y 446-7440. Hacienda La Florida: haciendalaflorida@gmail.com. 344-1358 y (064)341-041.

Por: Norka Peralta Liñán – Vamos!